31 diciembre 2025
|
11 Tevet 5786

BRING THEM HOME NOW

Actualidad y Cultura del Judaísmo en España

AÚN QUEDA
1 SECUESTRADO

Ciencia

Cuando el trauma rompe las conexiones: la apuesta psicodélica de la TAU para la salud mental en Israel

Israel atraviesa una crisis de salud mental sin precedentes desde el 7 de octubre y el inicio de la guerra en Gaza y otros frentes. La magnitud del trauma ha desbordado los marcos terapéuticos tradicionales y ha puesto en primer plano la urgencia de enfoques innovadores.
Cuando el trauma rompe las conexiones: la apuesta psicodélica de la TAU para la salud mental en Israel

(Reportaje en colaboración con la Asociación de Amigos de la Universidad de Tel Aviv en España)

En la Universidad de Tel Aviv (TAU, por sus siglas en inglés), un instituto pionero propone un cambio radical: tratar el trauma restaurando las conexiones que este destruye, combinando neurociencia, psicoterapia y medicina psicoactiva con resultados que ya empiezan a llamar la atención.

En el centro de este esfuerzo se encuentra el Instituto de Investigación Psicodélica (IPR, por sus siglas en inglés) de la TAU, el primero en Israel dedicado a la medicina psicoactiva y a la psicoterapia informada por el cerebro.

"La pérdida de conexión es la herida silenciosa que está en el núcleo del trauma, la depresión y la adicción. Es la sensación de estar desconectado de uno mismo, de los demás, del mundo", explica la profesora Talma Hendler, directora del Instituto y miembro de la Facultad Gray de Ciencias Médicas y de la Salud y de la Escuela de Ciencias Psicológicas de la universidad. "Nuestro trabajo consiste en ayudar a las personas a reconectar de una manera real y duradera", agrega.

Fundado hace dos años bajo el paraguas de la Escuela Sagol de Neurociencia de la Universidad de Tel Aviv e integrado en el Hospital Ijilov, el IPR investiga el uso de medicina psicoactiva para tratar el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión, el dolor crónico y otros trastornos situados en la intersección entre neurología y psiquiatría. El proyecto avanza actualmente con la construcción de un laboratorio específico para investigación psicodélica.

TAU 2
Talma Hendler, directora del Instituto de Investigación Psicodélica y miembro de la Facultad Gray de Ciencias Médicas y de la Salud de la TAU

Cerrar la brecha entre la neurociencia y la terapia

Pese a décadas de investigación sobre cómo el trauma afecta al cerebro, gran parte de la terapia psicológica sigue basándose en la conversación y en evaluaciones subjetivas. Tras más de veinte años de investigación neurobiológica sobre el estrés y el trauma humanos, el equipo de Talma Hendler intenta cerrar esa brecha de traducción entre ciencia y clínica mediante lo que denominan psicoterapia informada por el cerebro.

El enfoque combina tecnologías avanzadas de imagen cerebral con procesos terapéuticos clásicos. Una de las herramientas clave es Prism, desarrollada en el laboratorio de Hendler, que permite a los pacientes aprender a regular los circuitos emocionales profundos implicados en el miedo y el estrés. Estas sesiones se acompañan de psicoterapia orientada a reinterpretar recuerdos traumáticos, reconstruir la confianza y restaurar la sensación de agencia personal. "Hay un momento en el que el paciente se da cuenta de: ‘Puedo influir realmente en el estado de mi propio cerebro’", señala Hendler. "Ese momento puede cambiarlo todo".

La propuesta del IPR parte de una idea central: la sanación del trauma depende de restablecer conexiones neuronales y psicológicas deterioradas, no solo de hablar sobre la experiencia traumática. Para ello, el Instituto apuesta por integrar la medición objetiva de la actividad cerebral con intervenciones terapéuticas personalizadas, ajustadas a la biología y a la vivencia de cada paciente.

Una ventana para el cambio terapéutico

En este modelo, los compuestos psicodélicos desempeñan un papel específico y cuidadosamente controlado. Sustancias como la psilocibina, el MDMA o la ketamina han ganado atención internacional por su capacidad de inducir temporalmente un estado de alta plasticidad cerebral, lo que los científicos denominan una "ventana para el cambio".

Hendler recurre a una metáfora para explicarlo: "Piensa en el cerebro como un sistema de tráfico complejo con múltiples nodos. Cada nodo es una red de regiones con su propia función: uno ayuda al control y la regulación, otro detecta amenazas, otro aporta memoria y contexto. En un cerebro sano, el tráfico se mueve con flexibilidad y hay muchas rutas abiertas entre los nodos". En el TEPT, añade, esas rutas se rigidizan. Cuando se activa la red de alarma ante un disparador traumático, las redes de control y memoria quedan bloqueadas y no pueden transmitir la información de que la persona está a salvo, por lo que la alarma sigue escalando.

Las sustancias psicodélicas alteran temporalmente este flujo disfuncional. Durante un período de una a tres semanas, se abren nuevas rutas y las redes bloqueadas vuelven a intercambiar información. "En esa ventana de plasticidad renovada, la psicoterapia puede redirigir suavemente el sistema, ayudando al cerebro a reaprender la seguridad, reconstruir el equilibrio y reconectar con uno mismo y con los demás en la realidad", explica Hendler. "El objetivo es utilizar ese breve período de maleabilidad biológica para crear un cambio positivo y duradero en las bases neuronales de la salud mental".

Desde el Instituto subrayan que el fármaco no es el tratamiento en sí, sino un facilitador. "La droga abre la puerta, pero la recuperación duradera depende de los pasos que siguen: la implicación del paciente, un enfoque clínico informado por el cerebro y una comunidad de apoyo que conduzcan a una sanación integral", resume Hendler.

TAU 1

Resultados iniciales y el horizonte de la atención al trauma

Los primeros datos del IPR ofrecen señales de esperanza. Uno de los principales logros iniciales fue el desarrollo de un protocolo de siete días con ketamina asistida para el TEPT crónico, en colaboración con la Universidad de Yale. De los 35 participantes, el 80% experimentó una reducción significativa de los síntomas. "Del grupo que recibió ketamina —frente a los fármacos de control—, el 40% ya no cumplía los criterios diagnósticos de TEPT tres meses después del tratamiento", explica el Dr. Jacob Nimrod Keynan, responsable científico del Instituto. Un participante resumió así su experiencia: "Por primera vez en años, sentí que podía mejorar. Me dio energía para seguir luchando por mí mismo".

La psilocibina parece ofrecer una ventana terapéutica aún más prolongada. El IPR es el primer centro de investigación en Israel en administrar psilocibina sintética a humanos y actualmente lleva a cabo el primer estudio clínico y de neuroimagen del país sobre psicoterapia breve asistida con psilocibina para el TEPT. Según Keynan, los dos primeros pacientes —ambos veteranos de combate— experimentaron un alivio sustancial de los síntomas y dejaron de cumplir los criterios diagnósticos tras un tratamiento de tres semanas. También informaron de mejoras significativas en depresión, apertura emocional y funcionamiento cotidiano, incluso tres meses después. Uno de ellos relató un cambio inesperado: "El tratamiento me ayudó a entender cómo reconectar con mi hija y por qué no había podido hacerlo antes".

Combinación de terapias

De cara al futuro, los investigadores del IPR exploran la combinación de la terapia con psilocibina y otras intervenciones informadas por el cerebro, como el neurofeedback o la estimulación magnética, para fortalecer los circuitos neuronales que sostienen la recuperación. A más largo plazo, el equipo estudia herramientas apoyadas en inteligencia artificial, así como el uso de música y realidad virtual, para ayudar a los pacientes a seguir sus procesos emocionales y trasladar los avances terapéuticos a la vida diaria.

"Queremos rediseñar la atención al trauma desde sus cimientos", afirma Hendler. "Precisa, medible, profundamente personal y centrada en restaurar las conexiones neuronales y psicológicas". En un contexto de heridas psicológicas profundas, el trabajo del Instituto de Investigación Psicodélica de la Universidad de Tel Aviv plantea una combinación poco habitual de rigor científico y esperanza tangible. "El trauma desconecta", concluye Hendler. "Nuestro trabajo es ayudar a que las personas vuelvan a sentirse conectadas: con sus emociones, con sus relaciones, con sus vidas"

Noticias Relacionadas

Más leídas

Puede interesar...