El periodista y escritor británico Douglas Murray recibió este lunes el Premio Rey David, otorgado por la Asociación Judía Europea (EJA, por sus siglas en inglés), en una gala celebrada en la ciudad de Madrid en la que fue largamente aplaudido por su incondicional apoyo a Israel.
Tras su discurso de agradecimiento, Murray habló con Enfoque Judío sobre la necesidad urgente de que las sociedades lo enfrenten con determinación, así como sobre la capacidad de las comunidades judías de cambiar la tendencia actual.
"Ha sido un problema que ha ido creciendo en todos los países europeos. Y está creciendo, en parte, como dijo el ex primer ministro (francés Manuel) Valls, debido a los islamistas radicales que han traído su propia forma de antisemitismo. Pero también se extiende desde sectores de la extrema izquierda hasta la extrema derecha", continuó.
Valls fue otro de los invitados a la gala del lunes en Madrid.
El escritor británico advirtió sobre el deterioro constante de la situación: "Lo que me preocupa es que la situación parece empeorar constantemente" y que se trata de un fenómeno que afecta en cada sociedad y país de una forma distinta: "En parte, el futuro de cada país dependerá de cómo aborde este problema", apostilló.
En una metáfora sobre los peligros de permitir que el antisemitismo eche raíces, Murray consideró que "si permites que este árbol podrido prospere, todo lo demás —todo lo demás maligno— también prosperará. Si lo arrancas y abordas, entonces el país y tendrá un futuro, pero algunos simplemente no quieren enfrentarlo".

Un mal social: una obsesión
Consultado sobre el rol de las comunidades judías en la lucha contra esta problemática, Murray cree que es muy difícil que, solas, puedan generar algún cambio drástico: "Los judíos sencillamente son muy pocos en la mayoría de los países europeos como para hacer mucho al respecto. Lo deben hacer los propios países".
Como ejemplo, mencionó el caso de Irlanda, donde hay una comunidad muy pequeña: "Hay muy pocos, y sin embargo el Gobierno irlandés tolera niveles de antisemitismo que son intolerables. Y apenas tienen judíos. Este es un problema de la sociedad irlandesa".
Murray insistió en que este patrón se repite en todo el continente: "Como digo, es lo mismo en todos los países. Los judíos son demasiado pocos en número como para hacer frente a esto por sí solos. Y las mentiras que se dicen sobre ellos, las calumnias y las difamaciones… Todo esto es una señal de una ‘manía’ (EJ. obsesión) en una sociedad y es la propia sociedad la que debe enfrentarse a ella" ▪