La exposición fotográfica "Del dolor a la esperanza", en el Centro Sefarad-Israel, da voz a una comunidad que vivió la masacre del 7 de octubre en propia carne. Unos directamente implicados. Otros prestando ayuda. Otros incluso cubriendo las noticias. El denominador común de todos ellos: el castellano.
Fruto del trabajo del fotógrafo Erez Kaganovitz y de la comisaria Einat Talmon, la muestra expone el testimonio de 20 personas de distintos ámbitos profesionales y países de origen. Una madre cuyos dos hijos aún están secuestrados en Gaza, un abuelo evacuado de su casa que perdió a su nieto en el Festival Nova. Un cirujano que ingresó al quirófano para una maratón de cirugías de heridos. Pero no son los únicos.
Organizada por el Instituto Cervantes de Tel Aviv con la colaboración de Embajada de España en Israel, y el Centro Sefarad Israel, la muestra busca dar visibilidad a esa parte de la sociedad israelí hispanohablante compuesta por más de 200.000 personas. Kaganovitz y Talmon se han desplazado a Madrid para un conversatorio este pasado miércoles en el que también ha participado la periodista Nicole Mischel Morely, del canal i24, cuya historia forma parte de la exposición.

Un retrato colectivo de la comunidad hispanoisraelí
"El español es aquí más que un idioma. Sirve como un hilo de memoria y resistencia. Estas personas vivieron el horror y lo narran en una lengua compartida con España y América Latina", explica Talmon, gestora cultural del Instituto Cervantes en Tel Aviv y comisaria del proyecto, que quiere dar voz a esta comunidad de Israel y, especialmente, a los inmigrantes latinoamericanos y sefardíes retornados que viven en el sur del país, en kibutzim, comunidades rurales y ciudades que fueron blanco directo de la ofensiva terrorista de Hamás.
Quizá por el titánico alcance de la tragedia, quizá por negligencia, los medios en español cubrieron poco lo que pasó en los kibutzim y pueblos alrededor de Gaza, donde desde los 60 del siglo pasado se asentaron cientos y cientos de sudamericanos. Esta muestra es una forma de mostrar esa realidad desde la voz de quienes la vivieron, sin intermediarios, en esta ocasión en español.
En el conversatorio, Kaganovitz destacó que "cuando vemos un periódico, una foto en redes, el espectador no puede experimentar lo que los fotógrafos vivimos al ver cara a cara al protagonista de cada una de estas fotos, y vivir con ellos su historia". Y al relatar lo que vivieron los supervivientes, subraya las palabras de Luis Har, rehén rescatado por el ejército: "Es que no siento odio ni rencor. De lo contrario, no podría seguir viviendo. Es una carga demasiado pesada". Kaganovitz por su parte dice que conocer las historias de las personas que accedieron participar en este proyecto le llenó de "esperanza", esperanza de que "la guerra terminará y que pasaremos a un proceso de reconstrucción".

Testimonios de vida, duelo y reconstrucción
Entre los retratados está Sylvia Kunio, madre de Ariel y David, aún secuestrados en Gaza. El colaborador más veterano es Jacob Bentolila, miembro de la Academia Nacional del Ladino en Israel y filólogo, evacuado de su hogar a la edad de 89, junto a su esposa, y abuelo de Oded, asesinado por los terroristas. Sus relatos no solo son dolorosos, también revelan la fortaleza de una comunidad que, pese a todo, no se derrumba.
Otros protagonistas de la muestra son psicólogos, voluntarios, escritores, médicos y periodistas que desde el 7 de octubre han colaborado en la atención a heridos, refugiados y familias en duelo. Algunos, como una trabajadora del Banco Nacional de Leche Materna, que abasteció a los ‘bebés de la guerra’ cuyas madres fueron asesinadas o reclutadas al servicio militar como reservistas. Por su labor, el banco se convirtió en un ejemplo de salud pública y solidaridad social.
También aparecen los periodistas en lengua española de los canales oficiales así como personas que iniciaron proyectos de diplomacia pública, todos orientados a transmitir la información sobre lo ocurrido a millones de hispanoparlantes. "Muchos hispanohablantes en Israel nos convertimos en una especie de puente entre dos mundos. Tuvimos que transmitir lo que pasaba mientras lo vivíamos", explica uno de ellos en la muestra.

Una memoria en español
Más allá del testimonio, la exposición también plantea una reflexión sobre la memoria judía y su diversidad lingüística. En tiempos en que Israel sufre a menudo de una falseada imagen en la opinión pública europea, "Del dolor a la esperanza" recuerda que hay múltiples voces, acentos y relatos que forman parte del país.
"Esta exposición no solo habla de la tragedia del 7 de octubre, sino de la recuperación, rehabilitación, conmemoración, resiliencia resaltando el papel de españoles, argentinos, uruguayos, mexicanos, ecuatorianos, venezolanos, sefardíes… Todos ellos son parte de la sociedad israelí", subraya Talmon en una entrevista con Enfoque Judío.
La elección de Madrid para esta primera parada internacional de la exposición no es casual. Se trata de un puente entre comunidades: España es hoy hogar de una renovada presencia judía.
Kaganovitz, autor de otras exposiciones tituladas "Humans of Holocaust" y "Human of Israel", dice que su manera de "aproximar a la gente a tragedias humanas es a través de sus historias personales". Lo hace para evitar que caigan en el olvido.
La comisaria, Talmon, destaca que el concepto –quizás a diferencia de lo que hemos visto por televisión todos los días- trata de apartarse de las imágenes de horror y "centrarse en las historias y los retratos, los personajes" del día a día de una tragedia imborrable.

Un espacio para ver y escuchar
La muestra estará abierta al público durante varias semanas en la sede del Centro Sefarad-Israel, en pleno centro de Madrid. Además de los retratos, se prevé organizar encuentros con algunos de los protagonistas y actividades paralelas con escolares, asociaciones culturales y colectivos sefardíes.
En un contexto de creciente antisemitismo en Europa y desinformación sobre lo ocurrido el 7 de octubre, la muestra es también un acto de resistencia cultural. No busca adoctrinar ni culpabilizar: busca recordar, escuchar y reconocer.
"Hay quienes todavía no creen lo que pasó. Tal vez si ven a estos rostros, si escuchan sus palabras en español, puedan entender mejor lo que ocurrió y lo que sigue ocurriendo", concluye Kaganovitz ▪

