La larga disputa judicial protagonizada por Jane Benzaquen, la mujer que desde hace dos décadas afirma ser hija biológica rey Hassan II de Marruecos, ha dado un nuevo giro con su desembarco en los tribunales de Estados Unidos. Después de varios reveses procesales en Bélgica, la demandante ha recurrido a la justicia estadounidense con el objetivo de acceder a documentación y material sensible relacionado con el monarca fallecido en 1999.
El movimiento, del que dio cuenta en noviembre el periódico Le Desk y que es ahora retomado por El Independiente, traslada de facto el caso fuera del eje Bélgica-Marruecos. Según los citados medios, la iniciativa busca obtener elementos que no han podido ser recabados en Europa y que podrían resultar determinantes para sostener su reclamación de filiación.
Un caso de larga trayectoria
El caso de Benzaquen, nacida en 1953 en Bélgica bajo el nombre de Jane Jossart y dado a conocer a mediados de los 2000 en Israel, tiene una larga trayectoria legal. La demandante sostiene que es fruto de una relación entre el entonces príncipe heredero Moulay Hassan y su madre, Freha "Anita" Benzaquen, una guionista judía-marroquí que más tarde se estableció en Bélgica. En su certificado de nacimiento figura como padre legal Raoul Jossart, vínculo que ella impugnó judicialmente décadas después.
Según su relato, el romance entre su madre y el futuro rey se habría producido a comienzos de los años cincuenta, antes de la entronización de Hassan II. Para respaldar su versión, Benzaquen ha aportado pruebas de ADN que descartan cualquier parentesco con Jossart y que apuntan a un perfil genético de origen norteafricano y de Oriente Medio, aunque sin demostrar un vínculo directo con la familia real marroquí.
En declaraciones sucesivas a medios israelíes, Benzaquen ha asegurado que no busca dinero, sino únicamente ser reconocida legalmente como hija del rey marroquí: "No quiero dinero de ellos. Sólo ser reconocida -antes de que me vaya de este mundo- como su hermana", dijo hace dos años al medio Ynet al referirse al actual rey y a su hermano y hermanas, objetos de la demanda.
Un litigio belga bajo presión diplomática
En 2019, Benzaquen presentó en Bélgica una demanda para impugnar la paternidad de Jossart. Dos años más tarde, el tribunal de familia reconoció que no era su padre biológico y le permitió adoptar el apellido Benzaquen, lo que abrió la puerta a una acción de investigación de paternidad dirigida explícitamente contra Hassan II.
A partir de 2022, la demandante solicitó pruebas genéticas a miembros de la familia real marroquí. El caso fue comparado en la prensa belga con el de Delphine Boël y el rey Alberto II, entre otros motivos porque Benzaquen está representada por el mismo bufete de abogados, el de Marc y Julien Uyttendaele. También se evocó el precedente del príncipe Alberto de Mónaco y su hijo con Nicole Coste.
La reacción de Rabat fue inmediata. En 2023, el Reino de Marruecos presentó una denuncia penal en Bélgica contra Benzaquen y varios miembros de su familia por falsificación, uso de documentos falsos, fraude y utilización de una dirección ficticia. El abogado del Estado marroquí, Stanislas Eskenazi, calificó públicamente el caso como un "intento de extorsión" y sostuvo que la justicia belga estaba siendo "rehén" de una demandante que, según afirmó, residía en Israel y no en Bélgica.
Como consecuencia, el procedimiento civil quedó suspendido a la espera del desenlace de la causa penal. En septiembre de 2024 y enero de 2025 se celebraron nuevas audiencias, sin que hasta el momento se haya dictado una resolución definitiva. A comienzos de 2025, Le Desk informó de un primer revés procesal para Benzaquen, con la suspensión de su intento de reactivar el caso ante el tribunal de Nivelles.
En busca de los archivos estadounidenses
El último paso de esta batalla judicial se ha producido al otro lado del Atlántico. Según los citados medios, Benzaquen ha presentado una demanda en Nueva York para solicitar acceso a material sensible vinculado al difunto Hassan II, posiblemente conservado en archivos u hospitales estadounidenses tras visitas médicas del monarca.
La iniciativa abre múltiples interrogantes procesales, pero desplaza el foco del conflicto hacia un terreno más amplio, que podría incluir documentos diplomáticos o muestras biológicas conservadas fuera de Europa. Para la demandante, el objetivo es doble: encontrar pruebas que respalden su historia familiar y aumentar la presión internacional sobre Rabat.
Desde Marruecos, la posición oficial sigue siendo de rechazo absoluto. El reino niega cualquier parentesco y mantiene sus acusaciones de fraude contra Benzaquen. Para la demandante, en cambio, la negativa reiterada a someterse a pruebas genéticas refuerza su convicción de que el fondo del asunto sigue sin abordarse.
Hasta ahora, ningún tribunal ha reconocido a Benzaquen como hija de Hassan II. Las pruebas de ADN disponibles solo han servido para descartar a su padre legal y para establecer un origen genético no europeo occidental. Mientras los procedimientos penales continúan en Bélgica y la vía estadounidense comienza a tomar forma, el caso permanece jurídicamente abierto y cargado de implicaciones políticas, mediáticas y simbólicas ▪
