El Movimiento contra la Intolerancia (MCI), una de las puntas de lanza en España en la lucha contra el racismo, la discriminación y el antisemitismo, elevó el caso de las mujeres israelíes de la masacre del 7-O, y en particular el de la familia Bibás, en una audiencia del Consejo Sectorial de Mujeres en el Ayuntamiento de Málaga.
Con motivo del próximo Día de la Mujer, que se celebra anualmente el 8 de marzo, la coordinadora del MCI en esa ciudad andaluza, Sonia Conde, estuvo a cargo de presentar en la sesión la actividad de su ong, ponencia que comenzó recordando "el nombre de una madre, Shiry, y los de sus dos hijos, Ariel y Kfir Bibás", enterrados esta misma mañana tras ser devueltos sus cadáveres por Hamás más de un año después de sus secuestros.
"Los tres fueron secuestrados por la organización terrorista Hamás, y fueron asesinados en cautividad", dijo Conde, al evocar la masacre del 7-O, "aquel pogromo antisemita y misógino en el que mujeres israelíes, en su mayoría judías, pero también musulmanas y cristianas, fueron todas ellas secuestradas, violadas y brutalmente mutiladas, y finalmente muchas de ellas asesinadas". Se trató, agregó, del "origen de una escalada bélica que ha generado dolor y sufrimiento en todo Oriente Medio".
Una "paz justa" con "libertad, dignidad e igualdad"
En el día de las mujeres, abundó la coordinadora del MCI, "queremos que quede constancia de que sí nos acordamos de todas esas mujeres que fueron secuestradas, violadas y torturadas hasta el horror por terroristas armados hasta los dientes, que también asesinaron a una mujer andaluza, Maya Villalobo, y a un compatriota del País Vasco, Iván Illarramendi, que fue calcinado".
Conde abogó en ese sentido por una "paz justa, cuanto antes", pero en la que "las mujeres y las niñas puedan desarrollar sus vidas en libertad, dignidad e igualdad", a la vez que mostraba su "solidaridad" con las mujeres gazatíes, iraníes y afganas y "de cuantos países teocráticos" y bajo control de "grupos terroristas de corte religioso integrista, que oprimen día a día a mujeres que ven su libertad cercenada por la imposición real de un patriarcado de acero".
"Colectivamente debemos hacer una reflexión sobre a dónde nos ha llevado cierto feminismo hegemónico, que no es más que una parte del feminismo pero que ha condicionado la agenda pública y ha propiciado una reacción hostil en nuevas generaciones basada en la división y confrontación innecesarias", continuó.
Para terminar, Conde aseguró que "la construcción del discurso y su contenido importan", por lo que hay que trabajar por "un feminismo de progreso que no criminaliza ni victimiza, pero que es decididamente beligerante con cualquier forma de misoginia y machismo"▪
