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Historia judía

Badra Yousef deja Yemen y pone fin a una historia judía milenaria

Después de 2.500 años, según algunas fuentes, la comunidad judía del Yemen llega a su fin. ·En el país apenas cuatro judíos, uno de ellos encarcelado.
Badra Yousef deja Yemen y pone fin a una historia judía milenaria
(Foto: Zoltan Kluger. Archivo Nacional de Fotografía de Israel)

Actualizado el 11/8/2025, 13:02 hs.

Por siglos, el sonido del peculiar hebreo yemení y los rezos resonaron en las montañas y desiertos de Yemen. Pero hoy, tras más de 2.500 años de presencia ininterrumpida, apenas quedan señales vivas de aquella comunidad ancestral. Con la salida de Badra Yousef en junio de este año —una de las últimas judías del país— se sella el capítulo final de una de las más antiguas comunidades judías del mundo.

La noticia fue confirmada por el periodista israelí Roi Kais, de la emisora pública Kan, quien informó que Badra, viuda de Yahya Yousef, abandonó Yemen con destino a Israel, tras hacer escala en Etiopía. Su partida marca el epílogo de una historia milenaria de resistencia, fe y arraigo, en un país que fue durante siglos hogar espiritual y cultural de una de las comunidades judías más arraigadas.

El marido fue enterrado en su talit por sus vecinos musulmanes

Yahya Yousef falleció hace un año, tras negarse durante toda su vida a abandonar la tierra de sus ancestros. Vivía junto a su esposa en la región de Arhab, al norte de Saná. No tenían hijos. Su deseo fue permanecer allí, incluso cuando otros miembros de la comunidad judía se vieron forzados al exilio.

Yahya murió enfermo, y como ya no quedaban suficientes judíos para recitar el Kadish, fue enterrado por vecinos musulmanes, envuelto en su talit, según videos compartidos por grupos yemeníes judíos en redes sociales. "Un acto de respeto y unidad", lo calificaron. En Yemen, se estima que hoy quedan apenas cuatro judíos. Uno de ellos, Levi Salem Musa Marhabi, permanece encarcelado por los hutíes desde 2016, pese a una orden judicial que exigía su liberación.

El periodista yemení Ali Ibrahim al-Mushki, que conocía personalmente a la pareja, escribió en Facebook que Badra y Yahya "eran judíos yemeníes que amaban su patria y vivieron en ella durante tiempos hermosos y difíciles". Su salida se debió, según Al-Mushki, al deterioro de su salud y la presión de sus familiares en el extranjero tras la muerte de su esposo.

El mundo árabe: entre la expulsión forzosa y el éxodo voluntario

Lo que ha ocurrido en Yemen no es un hecho aislado. El mundo árabe ha visto cómo se extinguen, una tras otra, comunidades judías que llevaban siglos –algunas, milenios- enraizadas en países como Irak, Siria, Egipto o Libia. Marruecos y Túnez conservan aún una tenue luz de lo que otrora fueron sus grandes comunidades. Todas compartieron un destino común: el vaciamiento forzoso de sus poblaciones judías, especialmente tras la creación del Estado de Israel en 1948, que fue seguida de oleadas de expulsiones, expropiaciones, persecuciones y violencia. En muchos casos, como en Yemen, se trató de comunidades más antiguas que la propia era común.

La historia del judaísmo en Yemen se remonta —según algunas fuentes— a tiempos bíblicos. Hay quienes sitúan allí los ecos de la reina de Saba, que habría oído hablar de la sabiduría de Salomón a través de los judíos yemenitas. A lo largo de los siglos, esta comunidad desarrolló una cultura única: con costumbres propias, un acento hebreo distintivo –muy similar, dicen, al hebreo semítico original, mucho más gutural que el actual- y comidas tradicionales como el yajnun, saboreado los sábados por la mañana.

Pero también vivió su historia marcada por el sufrimiento. Bajo el estatuto de dhimmi, los judíos fueron ciudadanos de segunda clase, expuestos a humillaciones, tributos especiales y, en ocasiones, violencia física y simbólica. Casos emblemáticos como el Edicto del Huérfano, que ordenaba islamizar a los niños judíos sin padres, o el exilio forzoso a Mawza en 1680, son recordatorios de los desafíos que enfrentaron.

Operación "Alfombra mágica"

Entre 1949 y 1950, más de 50.000 judíos yemenitas fueron evacuados a Israel en la célebre "Operación Alfombra Mágica". Quedaron unos pocos miles, y con el paso del tiempo, apenas unas decenas. Hoy, no más que cuatro. Lo que alguna vez fue una comunidad vibrante, dispersa por aldeas, pueblos y ciudades, ha quedado reducida a la memoria, a los libros de historia, y a las oraciones que resuenan ahora en otros rincones del mundo.

El éxodo de Badra Yousef no es solo la historia de una mujer anciana que finalmente aceptó irse. Es el cierre de una época. Es la despedida silenciosa de una comunidad que, a pesar de todo, resistió hasta el final. Su marcha simboliza una realidad dolorosa: la desaparición de un mundo judío árabe que fue parte esencial de la historia del Medio Oriente ▪

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