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Análisis

De Fallas a Sanfermines: el antisemitismo popular en la España no tan profunda

Año tras año los festejos populares dejan traslucir el arraigo del antisemitismo más clásico en la España popular, con ejemplos que ya creíamos parte del pasado.
De Fallas a Sanfermines: el antisemitismo popular en la España no tan profunda

Actualizado el 9/7/2025, 16:03 hs.

Elías L. Benarroch

La España profunda, a menudo idealizada por sus tradiciones festivas, también revela en ocasiones sombras inquietantes que trascienden las calles y las pancartas. Así, vuelve a percibirse de la próxima celebración de Sanfermines en Pamplona, un fenómeno que ya se ha visto también en las dos últimas ediciones de las Fallas de Valencia.

En ambas se vuelve a evidenciar un antisemitismo popular que, disfrazado de crítica política o de defensa de la causa palestina, reproduce estereotipos ancestrales y mensajes de odio contra judíos e israelíes. La demonización del judío alcanza este año niveles sin precedentes.

Bajo la aparente irreverencia festiva, se cuelan imágenes y mensajes que reviven prejuicios peligrosos, lo que obliga a una reflexión urgente sobre los límites del humor y la crítica política en la esfera pública española. Se trata de una "crítica" que, en el último año, se ha visto sin duda alentada desde los círculos políticos y gubernamentales más altos.

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"Las gentes que celebran la fiesta de San Fermín no son antisemitas por naturaleza, incluso no han llegado a meditar al respecto, sencillamente viven un clima social donde escasea la reflexión y se abusa de emociones generadas con sesgo judeófobo", explica Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia (MCI).

Y sostiene que "la base de ese clima antisemita está en la desinformación, la manipulación de los hechos y el discurso de odio que no es neutralizado desde las instituciones públicas y alimentan los delitos de odio antisemitas".

Para Ibarra, lo que sí existe es "una labor ideológica de agitación y propaganda realizada por grupos que se insertan en la dinámica social, como las fiestas populares,  y envían un mensaje manipulando sentimientos que proyectan de manera anti-israelí y antijudía en imágenes y expresiones que son radicalmente antisemitas".

De la sátira al odio

Las peñas de Sanfermines, agrupaciones históricas y arraigadas en la vida social pamplonesa, tienen la costumbre de desplegar cada año carteles satíricos por las fiestas. Al igual que los ninots de Valencia, Tradicionalmente, estos carteles mezclan humor, crítica social y política, y una dosis de provocación. Sin embargo, en la edición más reciente, al menos ocho peñas, de las 17 oficiales, dedican sus pancartas a la guerra en Gaza y la situación palestina, donde en el mejor de los casos predomina una visión unívoca y parcial, y en el peor se presentan imágenes de un claro antisemitismo.

El ejemplo más extremo es el cartel de la Peña Alegría de Iruña, que ilustra una estrella de David manchada de sangre con la frase "Me encanta el olor de la sangre por la mañana", acompañada de una bandera europea que responde "y por la tarde y a todas horas". Esta representación no solo demoniza a Israel sino que recupera el libelo de sangre medieval, un estereotipo antisemita clásico.

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Cartel de la Peña Irrintzi. Sangre goteando de la boca de Netanyahu (Foto: Redes)

En términos contemporáneos, la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), prescribe que representar a Israel como un Estado genocida o inherentemente malvado forma parte del antisemitismo contemporáneo. Pero en este caso particular, y no es el único, las imágenes traspasan la línea de la sátira política para entrar en estereotipos clásicos antijudíos. El cartel de Alegría de Iruña recurre a estereotipos antisemitas clásicos como la sed de sangre y disfrute del asesinato, lo cual rebasa la crítica legítima a la política israelí y entra claramente en el terreno del odio contra el pueblo judío.

Tradición festiva con carga política

Las peñas son grupos asociativos que forman parte del entramado festivo y social de Pamplona. Actualmente hay 17 peñas oficiales que, además de organizar comidas, música y bailes, despliegan sus pancartas satíricas en espacios públicos. Estas pancartas, según la guía oficial de Sanfermines, se han convertido en un "elemento clave para animar las fiestas con humor y crítica social", pero también pueden ser un vehículo para mensajes problemáticos.

La Peña Alegría de Iruña, fundada en 1952, tiene un fuerte arraigo local, con una historia ligada a actividades deportivas, culturales y solidarias. Sin embargo, el uso de su pancarta para difundir imágenes antisemitas revela que, bajo la apariencia de la tradición y la diversión, también se alojan discursos de odio.

Estos episodios no son aislados. En ediciones anteriores, especialmente en las Fallas, se han repetido caricaturas y mensajes que exacerban el conflicto israelo-palestino con un sesgo antijudío que cala en el imaginario popular. Y no viene arrastrado por la actual guerra de Gaza. Hace años que el Observatorio de Antisemitismo en España  viene advirtiendo en sus informes anuales acerca de la iconografía festiva como fuente de antisemitismo.

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Peña El Txarko. Banalización del terrorismo (Fuente. Redes).

Antisemitismo popular en España

El antisemitismo popular en España, aunque artificialmente eclipsado por el antijudaísmo histórico, persiste en formas modernas y renovadas. Según el informe anual del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), las expresiones antisemitas suelen manifestarse a través de varias vías. Una de ellas es la conflación del pueblo judío con las políticas del Estado de Israel, culpabilizando a toda una comunidad por decisiones políticas. Otra, la difusión de estereotipos ancestrales, como la "sed de sangre" o la "conspiración judía internacional". Una tercera la utilización de eventos culturales o festivos para lanzar mensajes polarizadores.

Este fenómeno no solo afecta a las comunidades judías sino que, en el contexto de crisis internacionales como la guerra de Gaza, puede alimentarse de la polarización y el desconocimiento. Y probablemente la mayoría de los peñistas no sean una excepción.

Los límites del humor

En ese sentido, las fiestas populares que deben ser espacios de encuentro y celebración, se convierten en foros de reproducción de discursos peligrosos. Los carteles que apelan a estereotipos antisemitas o que banalizan el sufrimiento de otros alimentan un clima social tóxico que, en ocasiones, se traduce en discriminación y violencia.

En palabras del analista internacional y periodista Dani Lerer, a raíz de un incidente en Argentina: "Hay formas burdas de disfrazar el odio. Una de ellas es el humor. Otra, la desinformación. Pero cuando ambas se combinan, lo que se produce no es un chiste, sino una expresión violenta, cobarde y profundamente peligrosa".

Organizaciones internacionales y nacionales, como la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), insisten desde hace años en la necesidad de diferenciar la crítica política legítima a las acciones del Gobierno de Israel del antisemitismo, como afirma la Declaración de la IHRA. La criminalización conjunta en la que incurre el cartel de la Peña Alegría de Iruña, y alguna que otra más, traspasan todos los límites de la crítica legítima, para avanzar sobre la senda del antisemitismo más clásico: el libelo de sangre de épocas medievales.

Más flagrante es quizá el silencio de los organizadores de estos eventos festivos y de las autoridades judiciales pertinentes -locales, regionales y nacionales-, porque su silencio traslada el mensaje, sin duda erróneo en muchos casos, de que el antisemitismo no está tanto en la España profunda como en los altos estamentos de la administración y el Gobierno

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