Bajo el amparo del Gobierno de Pedro Sánchez, uno de los líderes más críticos con Israel en Europa, y en un clima político marcado por continuas acusaciones de antisemitismo contra miembros de su Ejecutivo, un centenar de dirigentes judíos de Iberoamérica se congregaron en Madrid para analizar el auge del odio antijudío tras el 7 de octubre y renovar su compromiso con el diálogo y la defensa de Israel.
El llamado Foro Estratégico para Líderes Judíos Iberoamericanos, celebrado esta semana en Madrid en la más absoluta reserva y sin medios de comunicación, fue convocado por el Instituto Belfer para Asuntos Latinos y Latinoamericanos, dependiente del American Jewish Committee (AJC). Fue coorganizado con la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), cuyo presidente, David Obadía, no ha acudido este año a ninguno de los actos de recuerdo celebrados por la masacre del 7 de octubre, ni a una inmensa mayoría de las muestras de solidaridad públicas realizadas por los rehenes israelíes, desde que asumió sus funciones en el primer trimestre de 2024.
El encuentro, de máximo nivel institucional, se celebró en el marco del vigésimo aniversario del mencionado Instituto estadounidense y contó con el respaldo institucional del Gobierno español, a juzgar por la organización de una parte de sus sesiones en Casa América, organismo dependiente del Ministerio de Exteriores.

Crítica sí, pero sin nombre ni apellido
Según una carta abierta difundida por la FCJE este viernes, dos días después del encuentro, los líderes participantes expresaron su "profunda preocupación por el incremento sin precedentes del antisemitismo en algunos de nuestros países desde el 7 de octubre de 2023", aludiendo al impacto de la guerra entre Israel y Hamás y a la proliferación de discursos que estigmatizan al Estado judío.
"Este clima de hostilidad no ha surgido de un solo sector, sino que se ha extendido por todos los ámbitos —político, cultural, educativo, deportivo y social— alimentando prejuicios ancestrales y generando un ambiente de señalamiento y miedo entre los ciudadanos judíos", reconoce la declaración de Madrid, que se abstiene de poner nombre y apellido a los responsables de alentar esta ola de antisemitismo ni en España, ni en ningún otro país.
El congreso se desarrolló bajo una estricta reserva, sin acceso a la prensa, y fuertes medidas de seguridad, y reunió a altos representantes comunitarios y estatales, entre ellos Katharina von Schnurbein, coordinadora europea para la lucha contra el antisemitismo, y Miguel Ángel Moratinos, alto representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones y "gran amigo" del AJC, según dijo la directora del Instituto Dina Siegel Vann en declaraciones a Radio Sefarad, la emisora institucional de la FCJE.
En la Declaración de Madrid, los participantes reconocieron los avances de España en materia institucional, pero también alertaron sobre el deterioro del clima social hacia las comunidades judías.
"Apreciamos que España cuente con un Plan Nacional contra el Antisemitismo y forme parte de la IHRA, lo cual demuestra un compromiso institucional con la lucha contra el odio y la intolerancia. Sin embargo, reconocemos que en estos dos últimos años ha proliferado un discurso profundamente estigmatizador hacia Israel", advierte el documento.
Los firmantes señalaron la necesidad de reforzar los sistemas de denuncia de delitos de odio, formar a las fuerzas de seguridad, e incorporar contenidos educativos que confronten los estereotipos antisemitas, incluyendo aquellos vinculados a la deslegitimación de Israel.
"Cuando se deshumaniza a Israel o se juzga a los judíos por las acciones de un Estado, se está cruzando una línea peligrosa que socava los valores democráticos y de convivencia que el Estado español defiende", añade la declaración.

Una cumbre a la sombra de la polémica
Y es que la reunión se celebró en un contexto político especialmente delicado. Diversas fuentes consultadas por Enfoque Judío dentro y fuera de entornos comunitarios y de lucha contra el antisemitismo, advirtieron que la celebración del evento en Madrid puede suponer el "blanqueo" de la imagen del Gobierno tras meses de críticas locales e internacionales por su postura hacia Israel. El Gobierno de este país también lo ha hecho.
"Nos preocupa que el Gobierno utilice este encuentro para afirmar que no incurre en antisemitismo, cuando algunos de sus ministros han pedido públicamente revisar la definición de la IHRA y el propio gobierno se ha saltado a la torera sus principios aplicando un doble rasero a Israel, encabezando acciones internacionales contra el único Estado judío del mundo", afirmó una las fuentes bajo condición de anonimato.
La IHRA (Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto) establece una definición de antisemitismo adoptada por España, que incluye como expresión de odio "negar al pueblo judío su derecho a la autodeterminación" o "aplicar un doble rasero al Estado de Israel". Según una fuente experta, el propio Sánchez habría vulnerado esos principios al calificar a Israel como "Estado genocida" durante una intervención pública. Por no hablar de ministros que han exhortado abiertamente a la destrucción de Israel bajo el eslogan "Del río al mar".
"Es una mofa. No sé qué necesidad había de hacer eso ahí (Casa América). No sé qué necesidad tenían de invitar a Moratinos, o de poner a Casa Sefarad a hablar de un Plan de Lucha contra el Antisemitismo que es papel mojado y que este Gobierno ha demostrado que se lo pasa por xxxxx. Esto parece una tomadura de pelo", indicó otra fuente.
Otros detractores han criticado su celebración "a escondidas", en lugar de darle visibilidad como reivindicación en la lucha contra el antisemitismo o que "es una falta de respeto para aquellos que nos hemos jugado un montón estos dos años" en la lucha contra el antisemitismo.
Y recordaron que, en septiembre, la organización estadounidense Standwithus canceló su misión a España prevista del 26 de abril al 3 de mayo de 2026, en respuesta a la constante hostilidad del Gobierno español hacia Israel y el pueblo judío.

Críticas por la falta de pluralidad
La organización del foro también generó tensiones dentro del ámbito comunitario español. La FCJE, que se presenta como representante del conjunto del judaísmo español, fue coorganizadora del evento, pero su gestión ha sido cuestionada por sectores que consideran que no se dio voz a las organizaciones más críticas con el Gobierno.
Una fuente cercana al proceso de organización señaló que "el foro fue concebido más como una oportunidad diplomática que como un verdadero espacio de autocrítica o debate interno".
Aun así, la presencia de representantes internacionales dio al evento una relevancia simbólica: más de cien líderes de América Latina, España y Portugal compartieron experiencias, estrategias educativas y mecanismos legales para combatir el antisemitismo en la región.
En las sesiones, aseguraron los participantes, el tema del antisemitismo en España fue analizado a fondo, si bien el mero hecho de haberlo celebrado en una institución pública del Gobierno pone en tela de juicio su independencia. Enfoque Judío no ha podido acceder al programa del evento por instrucción directa de los organizadores. Al menos en tres casos, los participantes a los que se le solicitó rehusaron hacerlo por órdenes de los convocantes, mientras que la propia Siegel negó información a este medio a finales de septiembre porque "por el momento no estamos hablando con la prensa".

De Madrid a Toledo: un mensaje simbólico
El encuentro también tuvo una dimensión simbólica: además de las sesiones celebradas en Madrid, los participantes se trasladaron a Toledo, ciudad histórica del judaísmo español, para reafirmar la continuidad de los lazos culturales y espirituales entre las comunidades judías iberoamericanas.
En declaraciones a Radio Sefarad, emisora institucional de la Federación, Siegel Vann, directora del Instituto Belfer del AJC, y Carolina Aisen, directora ejecutiva de la FCJE, describieron el foro como "una cita histórica que ha dejado huella desde Madrid hasta la simbólica Toledo".
Ambas dirigentes coincidieron en que el principal desafío radica en "fortalecer los lazos entre comunidades, combatir el antisemitismo y renovar la esperanza en el diálogo interreligioso".
El AJC destacó además la relevancia del Plan de Paz propuesto por Estados Unidos con apoyo de países árabes y de la comunidad internacional, subrayando su potencial para ofrecer "un horizonte realista a futuro para el pueblo palestino".
"Hacemos un llamamiento para que, a la vez que se exprese dolor colectivo por todas las vidas civiles segadas a raíz de los ataques terroristas de Hamás y de la violencia posterior, se reitere el apoyo al derecho de Israel a defender a su población y establecer condiciones que le permitan vivir en paz y seguridad", recoge la carta.

Una advertencia a los gobiernos iberoamericanos
En sus conclusiones, los líderes judíos recordaron que la protección de las comunidades judías y la defensa del Estado de Israel no son objetivos contrapuestos, sino expresiones de los mismos valores democráticos.
"Nuestros países han dado muestra de su compromiso inquebrantable con los valores democráticos, los derechos humanos y la lucha contra toda forma de discriminación", señala la Declaración de Madrid.
En consecuencia, el texto insta a los gobiernos de la región a mantener relaciones diplomáticas constructivas con Israel y a reforzar la seguridad de sus comunidades judías, especialmente en contextos donde los discursos políticos y mediáticos tienden a vincular el judaísmo con las acciones del Estado israelí.
El documento finaliza con un llamado a la acción: "Proteger a las comunidades judías y reencauzar las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel deben ser prioridades urgentes".
La cumbre de Madrid se cerró sin una conferencia de prensa y sin acceso de medios a las sesiones de trabajo, lo que ha dejado interrogantes sobre su carácter y proyección política. Mientras algunos la interpretan como un paso hacia la cooperación internacional contra el antisemitismo, otros consideran que su contexto y patrocinio gubernamental la convierten en un gesto diplomático ambiguo ▪
