En una grabación de WhatsApp dirigida al empresario judeo-argentino Martín Varsavsky —quien años atrás fue su jefe en aviación ejecutiva—, el piloto de Vueling Iván Chirivella da su versión sobre el polémico desalojo del vuelo que cubría la ruta Valencia–París el miércoles 23 de julio. Ese día, 47 adolescentes franceses judíos, junto con sus monitores, fueron obligados a abandonar el avión por orden del comandante, que solicitó la intervención de la Guardia Civil.
La nota de voz, que se ha difundido ampliamente por grupos judíos en Europa y América Latina, comienza con un tono cordial. "Hola, Martín, ¿qué tal? ¿Cómo estás? ¿Cuánto tiempo", saluda Chirivella, antes de entrar de lleno al tema: "Están siendo unos momentos bastante duros, ¿vale? Me imagino que ya lo sabes".
"Llevo 30 años volando. Esto no fue por religión"
El piloto recuerda que todo empezó como un vuelo rutinario. "Fuimos al avión, toda la tripulación, empezamos a embarcar… y bueno, me vino la sobrecargo y me dijo que había un grupo de chavales que estaban armando jaleo. Sin darle mucha importancia, le dije: ‘Pon orden, ¿sabes?’". Poco después, volvió la jefa de cabina, esta vez acompañada por otro miembro de la tripulación, para advertirle que los jóvenes estaban manipulando el equipamiento de emergencia.
"Estaban sacando los chalecos salvavidas de debajo de los asientos, cogiendo mascarillas de oxígeno del rack… a uno se le pilló soltando el anclaje de una de las botellas de oxígeno traseras", detalla Chirivella. Fue entonces cuando, preocupado por la seguridad, decidió enviar al copiloto para lanzar una última advertencia. "Les dijo que si seguían así, serían expulsados. Según me cuenta, se empezaron a reír y la monitora les dijo: ‘Anda ya, que nos van a echar…’".

La situación se agravó mientras la tripulación intentaba realizar la demostración obligatoria de seguridad. "No dejaban de levantarse, de tocar los pulsadores para llamar a los TCP… estaban interrumpiendo la demo". Fue en ese momento cuando Chirivella tomó la decisión: "Dije: ‘Ya está. Se acabó. Que se marchen. Porque si me la están liando así en tierra, en el aire vamos a tener problemas’".
La polémica se ha originado por la falta de imágenes de lo ocurrido en los 20 minutos antes del despegue, período sobre el cual hay testimonios contradictorios por parte de algunos de los adolescentes y un testigo ajeno al grupo juvenil, y la postura de Vueling. Esta es la primera vez que uno de los miembros de la tripulación habla sobre el suceso en primera persona y lo hace en una conversación por Whatsapp en el que le graba una respuesta de 14 minutos con su versión de lo ocurrido, que hoy sábado se ha propagado como la pólvora por grupos judíos en España y el extranjero.
"Llamé a la Guardia Civil. Fue todo según protocolo"
El comandante asegura que siguió el procedimiento establecido. "Llamo a la policía, activo el protocolo. Viene la Guardia Civil, les explico todo. Entran al avión y se dirigen al grupo. Les piden que, por favor, salgan. La monitora responde algo como: ‘Una mierda, no nos vamos’".
Ante la negativa, prosigue Chirivella, los agentes les dieron cinco segundos antes de actuar por la fuerza. "El guardia coge a la monitora y la saca. Viendo eso, todos los demás salen. Ya tranquilos. Evidentemente, viendo lo que se les venía encima".
El piloto aclara que, desde su puesto en cabina, no fue testigo directo de lo que sucedió fuera del avión, pero le informaron que dos jóvenes empujaron a un agente, y que la monitora "se volvió loca, empezó a gritar, insultar, empujar… total, que la esposaron y se la llevaron detenida".
"Todo se hizo conforme al protocolo. La manera de sacarlos fue cordial hasta que salieron. Luego, como se pusieron, ya no se podía ser cordial".
El vuelo partió con dos horas de retraso, tras retirar todo el equipaje del grupo expulsado, volver a identificar las maletas y reembarcar. Pero, al aterrizar en París, el caso ya estaba generando repercusión internacional.
"Me están acusando de ser antisemita. Es totalmente injusto"
"Me llama Vueling y me dice que estos críos eran un grupo de franceses judíos. Y que dicen que les expulsamos por ser israelíes y judíos y por estar cantando en hebreo… ¡Vamos a ver, Martín!"
Chirivella se defiende con firmeza: "No llevaban ninguna identificación de que fuesen judíos. Ni kipás, ni estrellas de David, ni camisetas. Se han pedido las imágenes del aeropuerto para demostrarlo. Hasta el propio monitor confesó que no se les dijo que llevaran nada que los identificase".
Otros testimonios sugieren que sí llevaban distintivos como kipá y en algunos casos tzitzit (talit por debajo de la ropa pero visible por las "fimias", los flecos que cuelgan por fuera de sus cuatro esquinas).
Chirivella le dice a Varsavsky que incluso si hubiesen llevado algo, "yo no puedo saber la religión de nadie": "A mí me da igual que tú seas judío, católico, budista… Yo soy el comandante del avión. Yo velo por la seguridad del vuelo".
El piloto insiste en que actuó ante comportamientos que ponían en riesgo el protocolo de seguridad, no por motivos religiosos. En caso de disrupción, "te lo advierto una vez, dos, incluso tres. Pero si no haces caso, si interrumpes la demostración de emergencia, me da igual que seas el rey de Jordania: te vas a la calle".
Respecto a las acusaciones lanzadas por un monitor y recogidas en prensa —sobre supuestos insultos hacia Israel por parte de la tripulación—, Chirivella se muestra indignado: "¿Tú te crees que alguien, delante de un avión lleno de pasajeros, va a decir que Israel es un estado de asesinos? Eso no lo hace nadie. ¡Por favor! En Vueling tenemos más de 60 nacionalidades. ¿Qué están diciendo?".
En la grabación de audio del piloto dirigida a Varsavsky no hay ninguna mención a que se haya obligado a los menores a entregar sus teléfonos móviles o a borrar videos, como llegó a decir una fuente en base a testimonios de su hijo.
Amenazas personales
Chirivella concluye su defensa personal afirmando que está "recibiendo amenazas, insultos… He tenido que cerrar Instagram, Facebook, todo. Me acusan de crímenes contra niños judíos. ¿Tú te crees que merezco esto por hacer mi trabajo? Yo, que ni siquiera soy religioso. Pero estoy tranquilo, Martín. Lo hice lo mejor que pude".
En su despedida, cambia de tono y recuerda con afecto su etapa volando para Varsavsky. Habla de su padre fallecido, de las ofertas laborales que rechazó y de la admiración que sentía por él. Pero lo hace dejando claro un mensaje: "La verdad te hace libre. Yo no tengo nada que ocultar".
Organizaciones judías en España, Francia e Israel exigen una investigación independiente de lo sucedido, y acusan tanto a Vueling como a las autoridades aeroportuarias de trato discriminatorio. Chirivella, por su parte, insiste: "Esto no fue por religión. Fue por seguridad. Solo hice mi trabajo" ▪

 
								 
								