El CEO del equipo Israel–Premier Tech, Ido Shavit, cree que los que forzaron la interrupción de la Vuelta a España en la última etapa fueron un pequeño grupo de manifestantes y dice que, pese a todo, está contento con los resultados de su equipo, con un quinto puesto para Matthew Riccitello, también maillot blanco en la categoría hasta 26 años.
En entrevista exclusiva con Enfoque Judío en el marco de una cena que el empresario Martin Varsavsky ofreció al equipo en su propia casa, horas después de concluir la Vuelta, Shavit comparte sus conclusiones sobre tres semanas de competencia y una última jornada dramática que pasará a los anales del ciclismo.
"Estamos tristes; no esperábamos terminar así… estamos aquí para ganar", dice el ejecutivo, y añade que, pese a la interrupción, el balance deportivo se mantiene firme: "‘Mati’ termina quinto y se queda con el maillot blanco, la camiseta del mejor joven".
El directivo sostiene que la neutralización obedeció a razones de seguridad luego de la irrupción de protestas en la calzada, cuando "un pequeño grupo de alborotadores, pequeño pero ruidoso y con fuerza, detuvo la carrera". Según Shavit, al tratarse de una Gran Vuelta, el último día suele tener un carácter simbólico y, por lo general, no altera la clasificación general por lo que "los resultados de ayer (de la penúltima etapa) son los resultados". De este modo, el equipo conserva el quinto puesto en la tabla y el maillot blanco.
Cuándo se enteraron del fin de la etapa
Shavit detalla que la señal de alarma llegó minutos antes de la neutralización: la policía detectó que manifestantes habían entrado en la carretera y ordenó reagrupar a los ciclistas en un punto lateral y más seguro.
"Agruparon a todos en un punto seguro y, tras consultar con la policía, los organizadores y los corredores, se decidió cancelar la etapa", explica. En lo práctico, la escuadra "estaba" en Madrid, pero no pudo finalizar competitivamente como esperaba.
Y frente a las denuncias de los manifestantes que pedían la expulsión del Israel Premier Tech, el CEO enfatiza que el proyecto es estrictamente deportivo: "No somos un equipo político; somos un equipo deportivo, privado. El nombre es Israel, pero no es la selección de Israel", afirma al recordar que en la escuadra hay corredores de un sinnúmero de nacionalidades. E insiste en que el objetivo era competir, no polemizar, y que el plantel —con un solo corredor israelí en esta Vuelta— se sostuvo con el apoyo del staff, incluidos psicólogos del deporte.

Seguridad, tensión y manejo del grupo
El alcance que podrían tener las protestas era imaginable desde el antecedente de Bilbao, donde los manifestantes tomaron la meta e impidieron el final de la etapa a ocho kilómetros. La preocupación mayor surgió antes de la contrarreloj, por la exposición individual de cada corredor, aunque ese día "pasó en paz y con buenos resultados".
Preguntado por la seguridad de sus corredores, Shavit destaca la coordinación con la Policía y los organizadores: "Hicieron todo para que nos sintiéramos seguros". El equipo, añade, preservó la cohesión: "Llamamos a este equipo una familia, no solo un equipo". Esa unión fue clave para que todos empujaran el objetivo: ayudar a "Mati" (Matthew) y pelear por etapas.
En paralelo, el dirigente explica que a mitad de la Vuelta se tomó una medida adicional de seguridad, en realidad ya adoptada desde 2024, y es que "para dar una sensación mejor y más segura a los corredores, se quitó de vehículos y camisetas de verano, la palabra ‘Israel’". Pero precisa que se trataba de una decisión de 2024 y asegura que no han cambiado el nombre oficial del equipo, que sigue siendo Israel–Premier Tech. Se hizo, aduce, para dar tranquilidad al pelotón en determinados entornos europeos.

Calendario, reglas de la UCI y un podio discreto
Consultado por el impacto en la agenda inmediata y competiciones futuras, Shavit se ciñe al marco regulatorio y recuerda que "mientras la UCI (Unión Ciclista Internacional) mantenga sus reglas, competiremos".
"Técnicamente solo la UCI puede decidir otra cosa; los organizadores se alinean después", explica sobre el proceso, y recuerda que, al momento de la entrevista, otros corredores de la escuadra ya estaban compitiendo en Canadá sin ningún problema.
Dos días después de la entrevista, y tras exigencias de España de expulsar al equipo israelí, la UCI se pronunció por la separación entre política y deporte y responsabilizó al presidente Pedro Sánchez de alentar las protestas.
"Lamentamos que el presidente del Gobierno español y su equipo hayan respaldado acciones realizadas en el marco de una competición deportiva que pueden obstaculizar su buen desarrollo", dice un comunicado institucional de la UCI en el que expone su su total desaprobación y profunda preocupación por los acontecimientos que acompañaron a esta edición de la Vuelta.
La UCI subrayó que algunos miembros del Gobierno expresaron su admiración hacia los manifestantes, lo que, a juicio del organismo: "Contradice totalmente los valores olímpicos de unión, respeto mutuo y paz" y "pone en tela de juicio la capacidad de España para acoger grandes eventos deportivos internacionales garantizando su buen desarrollo en condiciones de seguridad y de conformidad con los principios de la Carta Olímpica", indicó la organización.
Por las restricciones en la vía pública tras la cancelación, Shavit señaló que horas después, ya de noche y casi de forma privada, se improvisó un acto de podio reducido en el hotel para entregar el maillot: "Se hizo un podio pequeño para darle a ‘Mati’ la camiseta que merece". El balance, subraya, es uno de los más brillantes del conjunto: "Cuatro podios, quinto en la general, primera vez que terminamos con una camiseta en una Gran Vuelta… probablemente nuestro mejor Grand Tour". Para Shavit, ese cierre —en medio de la tensión— es la respuesta que querían dar: "Competir y demostrar en la carretera, sin entrar en política, cuál es nuestro lugar en el pelotón" ▪