Un programa de inteligencia artificial entrenado para estudiar estilos de escritura en manuscritos antiguos sugiere que algunos de los Rollos del Mar Muerto podrían ser más antiguos de lo que se pensaba hasta ahora, según un estudio publicado esta semana en la revista de acceso abierto PLOS ONE por Mladen Popović, de la Universidad de Groningen (Países Bajos), y su equipo de investigación.
El método podría ofrecer a los investigadores una nueva forma de ubicar manuscritos no datados dentro de la cronología de la historia antigua, aunque no faltan investigadores que ponen en tela de juicio la validez de la investigación por distintos motivos.
Si bien algunos manuscritos antiguos contienen fechas explícitas que permiten una comprensión precisa de su origen, muchos no ofrecen ninguna indicación cronológica. Al estudiar la evolución de los estilos de escritura, los investigadores a veces pueden estimar la antigüedad aproximada de un manuscrito en función de su caligrafía. Sin embargo, este método requiere una base comparativa sólida de manuscritos fechados de manera confiable, indican los investigadores en su estudio.
Los Rollos del Mar Muerto, descubiertos en 1947 en las cuevas de Qumrán, junto a la costa norte del mar homónimo en Israel, constituyen uno de los hallazgos arqueológicos más trascendentales del siglo XX. Se trata de más de 900 manuscritos, la mayoría redactados en hebreo, que datan de hace casi 2.000 años y representan los textos bíblicos más antiguos que se conocen.
Su excelente estado de conservación y su valor histórico los han convertido en una fuente clave para el estudio del judaísmo del Segundo Templo y de los orígenes del cristianismo, así como en un referente fundamental para la investigación paleográfica y textual de la Biblia hebrea.

Radiocarbono + IA
En este nuevo estudio, que empezaron ya hace varios años y del que informaron por primera vez en 2021, los investigadores utilizaron datación por radiocarbono para determinar la edad de manuscritos históricos provenientes de distintos sitios en Israel, y luego entrenaron un modelo de aprendizaje automático para analizar los estilos de escritura de cada documento. Al combinar estos dos conjuntos de datos, el equipo creó un programa de inteligencia artificial llamado Enoc —en referencia al personaje bíblico del Genésis— que puede estimar de forma objetiva la edad aproximada de otros manuscritos de la región según su escritura.
Para probar el sistema, expertos en caligrafía antigua evaluaron las estimaciones de Enoch sobre 135 de los Rollos del Mar Muerto. Determinaron que aproximadamente el 79 % de las estimaciones eran "realistas", mientras que el 21 % restante fueron calificadas como demasiado antiguas, demasiado recientes o indeterminadas.
El programa Enoc ya ha contribuido a descubrir nuevos aspectos sobre estos manuscritos. Por ejemplo, tanto Enoc como la datación por radiocarbono arrojaron fechas más antiguas para muchos de los Rollos del Mar Muerto en comparación con los análisis paleográficos tradicionales. Aunque los autores del estudio reconocen que se necesitan más datos e investigación para afinar la cronología, su trabajo ofrece nuevas perspectivas sobre el momento de la creación de estos documentos.
"Con la herramienta Enoc hemos abierto una nueva puerta al mundo antiguo, como una máquina del tiempo, que nos permite estudiar las manos que escribieron la Biblia, especialmente ahora que hemos establecido, por primera vez, que dos fragmentos de rollos bíblicos provienen de la época de sus presuntos autores", aseveran los autores del artículo.
"Es muy emocionante dar un paso importante en la resolución del problema de la datación de los Rollos del Mar Muerto y también crear una nueva herramienta que podría usarse para estudiar otras colecciones de manuscritos parcialmente datados de la historia. ¡Esto no habría sido posible sin la colaboración entre tantas disciplinas científicas diferentes, un verdadero trabajo en equipo!".

Reservas
Pese a su innovación, el enfoque ha despertado algunas reservas en la comunidad académica. El profesor Christopher Rollston, de la Universidad George Washington, declaró a Live Science que Enoc "debería complementar, no reemplazar, los métodos paleográficos tradicionales". En su opinión, "la escritura a mano humana es algo profundamente humano", y el uso de la inteligencia artificial en este contexto no puede prescindir del juicio experto.
Además, calificó de "exageración grosera" la afirmación de que Enoc permita estudiar "las manos que escribieron la Biblia", subrayando que no existe evidencia para afirmar que los manuscritos provengan del periodo del Primer Templo.
Por su parte, el Dr. Matthew Collins, de la Universidad de Chester, advirtió en declaraciones recogidas por The Guardian que la datación por radiocarbono no determina el momento en que el texto fue escrito, sino la antigüedad del pergamino utilizado. Esto implica que un manuscrito puede haber sido escrito mucho después de la producción del soporte físico, lo que limita la precisión del modelo.
Collins también expresó dudas sobre el tamaño y representatividad del conjunto de entrenamiento de Enoc, que se basó en solo 24 manuscritos con datación confirmada. Esta muestra, dijo, podría ser insuficiente para construir una línea temporal de estilos paleográficos verdaderamente robusta, lo que exige precaución en la interpretación de los resultados del algoritmo ▪

