31 diciembre 2025
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Israel ante un giro histórico: el crecimiento demográfico cae por primera vez por debajo del 1%

Más muertes, menos nacimientos y un saldo migratorio negativo configuran un escenario inédito desde la creación del Estado.
Israel ante un giro histórico: el crecimiento demográfico cae por primera vez por debajo del 1%

Un nuevo estudio advierte que el motor tradicional del crecimiento israelí se está agotando y que las próximas décadas traerán cambios profundos en la estructura social del país: Por primera vez desde 1948, el crecimiento de la población en Israel ha descendido por debajo del 1% anual.

El dato marca un punto de inflexión histórico en la trayectoria demográfica del país, tradicionalmente caracterizada por un fuerte crecimiento natural. La estimación, que sitúa el aumento poblacional en apenas un 0,9%, refleja una combinación de tendencias que se han ido consolidando en los últimos años y que ahora convergen con fuerza.

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Proyecciones de crecimiento demográfico en Israel (Gráfico: Centro Taub)

Menos nacimientos y más fallecimientos: el fin de un equilibrio histórico

El diagnóstico surge de un análisis publicado por el Centro Taub para el Estudio de la Política Social en Israel. Desde 1950, el crecimiento anual de la población se había mantenido en torno al 1,5% como mínimo, con solo dos excepciones leves. El dato de 2025 rompe esa continuidad y plantea interrogantes de largo alcance.

"El período de auge del crecimiento natural en Israel ha terminado", afirma el editor del estudio, el profesor Alex Weinreb. "El crecimiento natural seguirá disminuyendo".

El descenso del crecimiento poblacional no responde a una sola causa, sino a la superposición de varios procesos. Por un lado, se registra un aumento sostenido en el número de fallecimientos; por otro, una caída prolongada de nacimientos; y, además, un incremento en el número de personas que abandonan el país en comparación con los que hacen aliyá.

Aunque el número absoluto de nacimientos se ha mantenido relativamente estable durante la última década —alrededor de 180.000 anuales—, un análisis más detallado por grupos poblacionales revela una tendencia clara de descenso. En las comunidades musulmana, drusa y cristiana, la caída de las tasas de natalidad es un fenómeno conocido desde hace años y, según el estudio, en los últimos tiempos se ha traducido en un desplome cercano al 30%.

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Balance neto del flujo migratorio: inmigración-emigración (Gráfico: Centro Taub)

Lo novedoso es que esta dinámica comienza a observarse también entre las mujeres judías. De acuerdo con la estimación del Centro Taub, basada en el análisis de las tendencias de natalidad por grupos de edad y en la proyección del número final de hijos por mujer, la fertilidad entre mujeres judías laicas y tradicionales podría descender en aproximadamente una década de entre 1,9–2,2 hijos a 1,7. Entre las mujeres religiosas, la previsión apunta asimismo a una caída desde 3,74 a cerca de 2,3 hijos por mujer, mientras que en el sector ultraortodoxo se estima un descenso de 6,48 a 4,3 hijos.

Si bien los niveles de fertilidad en los sectores religioso y ultraortodoxo siguen siendo elevados, los investigadores subrayan un matiz relevante: no todos los niños nacidos en estas comunidades permanecen en ellas durante su vida adulta. Datos de años anteriores indican que alrededor del 15% de quienes nacen en la sociedad ultraortodoxa la abandonan al llegar a la edad adulta, un factor que incide después en las proyecciones a largo plazo.

A esta reducción de la fertilidad se suma el aumento del número de fallecimientos, una tendencia que, al parecer, continuará. El fenómeno está estrechamente vinculado a la estructura etaria de la población israelí: grandes colectivos, tanto judíos como árabes, han comenzado a ingresar en los últimos años en las franjas de edad de 70 y 80 años, etapas en las que las tasas de mortalidad aumentan de forma pronunciada.

Migración e incertidumbre: el desafío de sostener el crecimiento

Durante la mayor parte de la historia del Estado, el crecimiento poblacional de Israel se apoyó principalmente en el crecimiento natural: muchos nacimientos y relativamente pocos fallecimientos. Con el cambio de esta ecuación, mantener un crecimiento anual de al menos el 1% requeriría un saldo migratorio positivo. Sin embargo, en este terreno domina la incertidumbre, en particular tras los últimos años de descontento social y la última guerra.

Aliya Inmigracion
Llegada de nuevos inmigrantes a Israel (Foto: Archivo, GPO)

En los últimos años, el número de personas que abandonan Israel ha alcanzado niveles sin precedentes, mientras que el volumen de israelíes retornados y de nuevos inmigrantes no ha logrado compensar esa salida. En 2025 se registró un saldo migratorio negativo de aproximadamente 37.000 personas entre quienes llegaron y quienes se marcharon.

Los datos correspondientes a los primeros nueve meses de 2025 indican, además, que el número de inmigrantes que llegarán al país este año será el más bajo desde 2013, con la excepción de 2020, el año marcado por la pandemia de coronavirus. Actualmente, una parte significativa de quienes dejan Israel son personas que no nacieron en el país, entre ellas muchos inmigrantes que llegaron en 2022 a raíz de la guerra en Ucrania.

No obstante, aunque los israelíes nacidos en el país representan una proporción menor del total de emigrantes, su número absoluto está en aumento. Si en 2022 abandonaron Israel algo menos de 20.000 ciudadanos nacidos en el país, en 2025 la cifra superó los 30.000.

Panorama incierto

El panorama, advierten los autores del análisis, es más complejo de lo que sugieren los números en bruto. No toda salida implica una emigración permanente, y cuando es temporal no necesariamente tiene consecuencias negativas. La circulación de población altamente cualificada —por ejemplo, en el ámbito académico— puede convertirse en una palanca para la adquisición de competencias avanzadas, el desarrollo de colaboraciones académicas y comerciales y el mantenimiento de redes internacionales.

Sin embargo, por ahora resulta difícil determinar si el aumento de las salidas se traducirá en un retorno significativo de ciudadanos israelíes en el futuro.

El informe del Centro Taub deja claro que Israel se enfrenta a un cambio estructural en su dinámica demográfica. El modelo basado en un fuerte crecimiento natural ya no puede darse por sentado, y las decisiones de política pública en materia de bienestar, inmigración, mercado laboral y planificación social deberán adaptarse a una realidad marcada por el envejecimiento, la menor fertilidad y la volatilidad migratoria ▪

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