Las autoridades israelíes confirman que la totalidad de los participantes del "Flotilla Global Sumud" serán expulsados del país, tras el operativo de la Marina que se prolongó durante 12 horas en pleno Yom Kipur. Ninguno de las embarcaciones logró llegar a Gaza, según Israel.
En Israel se preparan para la expulsión de los 473 activistas propalestinos que fueron detenidos cuando intentaban llegar a Gaza a bordo de decenas de embarcaciones. "La provocación de Hamás-Sumud ha terminado", declaró el Ministerio de Exteriores en la red X.
"Se están llevando a cabo los procedimientos para poner fin a la provocación de Hamas-Sumud y concretar la deportación de los participantes en esta farsa. Ya se ha deportado a cuatro ciudadanos italianos. El resto está en proceso de deportación. Israel desea poner fin a este proceso lo antes posible", informó el Ministerio de Exteriores de Israel.
En la Flotilla viajaban también unos 65 españoles, entre los que destacan la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, el concejal de Esquerra en Barcelona, Jordi Coronas, y otros políticos y activistas de la extrema izquierda.
La operación de interceptación culminó este viernes con la toma de la última de las embarcaciones, tras lo cual se decidió que los europeos implicados fueran trasladados en vuelos especiales. Inicialmente se había planificado su envío a España, pero la opción fue descartada por temor a protestas masivas y celebraciones públicas en Madrid.
Deportaciones en marcha
De acuerdo con las autoridades israelíes, aproximadamente la mitad de los detenidos ya han firmado órdenes de alejamiento voluntario de Israel. Aquellos que se han negado serán llevados a un centro de detención, donde se abrirán procesos judiciales hasta que un juez determine su expulsión.
Mientras tanto, los activistas fueron trasladados al centro de detención de Kziot, donde representantes de sus países intentarán convencerlos de aceptar la deportación voluntaria. Quienes no sean enviados en vuelos especiales a Europa serán expulsados a través del paso del paso de Allenby, en la frontera con Jordania, o en vuelos comerciales. Israel financiará todos los costos de repatriación sin apoyo de los países de origen, pese al número elevado de implicados.

Las embarcaciones serían confiscadas
En cuanto a las embarcaciones, Israel no procederá a hundirlas en el mar, como había sucedido en ocasiones anteriores, sino que solicitará a los tribunales la confiscación formal de las mismas.
El operativo marítimo se extendió por unas 12 horas en la víspera de Yom Kipur, el miércoles por la tarde. Comenzó con advertencias de la Marina para que las naves cambiaran de rumbo y terminó con una intervención pacífica y el traslado de los activistas al puerto de Ashdod. En total, 41 barcos fueron llevados a puerto, y posteriormente, los detenidos pasaron a custodia del Servicio de Prisiones de Israel.
"Ninguno de los yates de la provocación logró ingresar a una zona de combate activa ni romper el bloqueo marítimo legal", afirmó Exteriores en su comunicación. El Ministerio aseguró además que "todos los activistas están sanos y salvos" e hizo públicas imágenes de la operación, en las que se observa a los detenidos con gesto adusto, después de que los organizadores del viaje les indicaran que no sonrieran.

Sin rastro de ayuda humanitaria
En redes sociales, la activista sueca Greta Thunberg difundió un video poco antes de la interceptación, afirmando que había sido "secuestrada por Israel", aunque había participado en la travesía de manera voluntaria y por segunda vez.
Israel intentó contrarrestar la narrativa de secuestro mostrando un trato respetuoso a los detenidos e, incluso, recurriendo al humor. A algunos de ellos, los oficiales les dijeron: "A la tercera, helado", un juego de palabras que en hebreo significa que a la tercera vez que te encuentras con una persona de forma circunstancial, esta te debe comprar un helado.
Los organizadores del convoy aseguraron que transportaban toneladas de ayuda humanitaria para Gaza —alimentos y medicinas—, pero en imágenes difundidas por el Ministerio de Exteriores israelí se mostraron las naves tras ser inspeccionadas, sin rastro de suministros.
La flotilla estaba compuesta por unas 50 embarcaciones que partieron entre el 30 de agosto y el 4 de septiembre desde Génova, Barcelona, Túnez y Catania. Durante la travesía, los activistas transmitieron en directo a través de cámaras instaladas en las naves, publicando videos en redes sociales para amplificar su protesta y documentar la presencia de la Marina israelí.
Ola de protestas en Europa
La interceptación de la flotilla, desde la noche del miércoles a la mañana del jueves, desató protestas masivas en varias ciudades europeas. Desde la tarde del jueves y durante toda la jornada del viernes, miles de manifestantes salieron a las calles con banderas palestinas.
En Londres se produjeron enfrentamientos entre manifestantes y la policía cerca de la plaza del Parlamento. "Tuvimos que utilizar estos medios porque los manifestantes arrojaron objetos y causaron daños a la propiedad", explicó una portavoz de la policía suiza después de que agentes usaran gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a unas 3.000 personas en Ginebra. Protestas adicionales se registraron en Berna.
En Italia, país que tuvo un papel central en la organización del convoy, se reportaron marchas multitudinarias en Florencia, con fuegos artificiales, granadas de humo y bloqueos en calles principales. Manifestantes también paralizaron trenes y pintaron consignas como "Free Palestine" y "Bloquearlo todo" en vagones. En Pisa, un grupo ocupó un edificio de la universidad local.
Fuerte respuesta en España
Las movilizaciones más significativas se produjeron en España. Según El País, unas 15.000 personas protestaron en Barcelona contra la acción israelí. En medio de la marcha, algunos manifestantes corearon "Fuera las fuerzas de ocupación" y se registró la rotura de escaparates. En Madrid, una columna de manifestantes llegó hasta la sede del Ministerio de Exteriores.
También en Granada, miles de personas salieron a protestar. El alcance de las manifestaciones llevó al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a convocar a la embajadora de Israel en Madrid, Dana Erlich. Albares transmitió que los ciudadanos españoles que participaron en el convoy "no representan ninguna amenaza", que actuaron "conforme a sus derechos fundamentales" y que cuentan con el "pleno respaldo" del Gobierno.
Contexto del operativo
Los cerca de 500 activistas que participaron en la flotilla habían zarpado con la intención de romper el bloqueo marítimo a Gaza, vigente desde que Hamás tomó el control de la Franja en 2007. Aunque afirmaron llevar ayuda humanitaria, Israel sostiene que se trató de una provocación política diseñada para ganar visibilidad internacional.
El Ministerio de Exteriores de Israel insistió en que "la flotilla no logró su objetivo" y recalcó que el operativo se desarrolló sin víctimas. A pesar de ello, la repercusión internacional del suceso ha sido inmediata, con protestas en múltiples países y un renovado debate sobre la situación en Gaza.
Por ahora, la atención se centra en el destino de los 473 activistas detenidos, cuyo proceso de expulsión se está resolviendo caso por caso, y en la reacción diplomática que este episodio seguirá generando en Europa y más allá ▪