La UJA-Federation de New York ha anunciado que destinará 1 millón de dólares para proporcionar ayuda humanitaria a civiles en Gaza, a través de IsraAID, la mayor organización humanitaria no gubernamental de Israel. La decisión, según explicó la federación, responde a un imperativo ético que la comunidad judía no puede eludir, incluso en medio de la guerra desatada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
En una carta dirigida a la comunidad, el CEO de UJA, Eric Goldstein, condenó enérgicamente a Hamás por su trato brutal hacia la población gazatí, por las mentiras que difunde sobre Israel y por "obstruir la ayuda" y mantener rehenes después de casi dos años. También criticó la falta de reacción internacional ante los recientes videos difundidos por Hamás que muestran a rehenes israelíes aún vivos en condiciones de inanición.
"Lo que muchos sentimos es una confluencia de dolor insoportable, ira y el imperativo moral —el imperativo judío— de actuar", escribió Goldstein, y añadió que "no todos están de acuerdo sobre qué se debe hacer o cómo. Hay angustia e indignación en todas las perspectivas. Debemos aferrarnos a lo que siempre ha anclado al pueblo judío: la creencia de que toda vida humana es sagrada", informó la agencia judía de noticias JTA.
La UJA-Federation of New York es la mayor federación judía del mundo, una organización filantrópica que recauda y distribuye fondos para apoyar a comunidades judías y causas humanitarias en Nueva York, Israel y otros países.
Cooperación con IsraAID y control estricto de la ayuda
Goldstein subrayó que "entender que Hamás tiene la responsabilidad última de este conflicto no niega que los civiles en Gaza enfrentan condiciones desesperadas", y que existe "un imperativo judío de actuar". Por ello, la federación canalizará los fondos hacia su "socio de larga data, IsraAID", que trabaja en coordinación con la unidad del IDF responsable de la ayuda en Gaza (COGAT) y con organizaciones internacionales "altamente reputadas" para garantizar una entrega eficaz de los suministros.
El apoyo se traducirá en el envío de alimentos, medicinas y sistemas de filtración de agua para los desplazados gazatíes. IsraAID, que tradicionalmente actúa en zonas de desastre en el extranjero —desde ayuda por terremotos en Turquía hasta asistencia a refugiados ucranianos—, redirigió parte de su labor tanto a Israel como a Gaza tras el ataque del 7 de octubre, que dejó 1.200 muertos en Israel y desencadenó la actual ofensiva para eliminar la amenaza terrorista de Hamás.
El CEO de IsraAID, Yotam Polizer, explicó a eJewishPhilanthropy que la intervención en Gaza comenzó coordinando entre las autoridades israelíes y organizaciones interesadas en enviar ayuda. Con el tiempo, la ONG estableció "un centro logístico para socios sobre el terreno", informó el medio World Israel News.
Polizer aseguró que existe un proceso de verificación muy riguroso, "garantizando básicamente que ninguno de estos socios tenga miembros vinculados a Hamás y asegurando que todo lo que se introduce esté escaneado adecuadamente".
Entre la urgencia y la controversia
La iniciativa de la UJA-Federation no está exenta de debate dentro de la comunidad judía estadounidense, ya que el envío de ayuda a Gaza en pleno conflicto plantea interrogantes sobre su impacto y su control. Goldstein reconoció las diferencias de opinión pero insistió en que la identidad judía se sostiene también en la acción humanitaria: "No podemos perder nuestra brújula moral".
El trabajo de IsraAID en Gaza se desarrolla en un contexto extremadamente complejo, con la franja sometida a intensos combates, una crisis humanitaria grave y la persistente amenaza de que la ayuda sea desviada por Hamás. Aun así, la federación sostiene que la colaboración con COGAT y con organizaciones internacionales de confianza es clave para minimizar riesgos y garantizar que la asistencia llegue a quienes la necesitan.
La UJA-Federation ha hecho un llamado a su comunidad para que mantenga el compromiso con los valores éticos judíos, incluso cuando la guerra y la tragedia personal generan dolor y división. "Hay angustia e indignación en todas las perspectivas", admitió Goldstein, pero la respuesta, afirma, debe ser reafirmar la creencia en la dignidad de toda vida humana ▪