(Actualización de la versión original de esta noticia fechada el 3 de julio. Corrige un error de interpretación de la redacción sobre que se sirvió "pollo con queso", y agrega el testimonio del "mashguíaj/shomer" y otras reacciones y detalles)

El pasado fin de semana, el esperado Fejjetón 2025, que congregó a un centenar de jóvenes judíos en un hotel de la localidad de Mijas (Málaga), se vio envuelto en un episodio inédito: irregularidades en la kashrut -entre ellas la presencia de alimentos que mezclaban carne y lácteos en la misma comida, según distintos testimonios- que condujeron a la renuncia del mashguiaj y a acusaciones cruzadas.

En las primeras comidas del evento, organizado por la Federación de Jóvenes Judíos de España (FEJJE), varios de los asistentes se percataron de ciertas irregularidades. Unos hablaban de embutidos en el desayuno, otros de un bufé mezclado, e incluso de dulces adquiridos en establecimientos no supervisados.

Distintas furentes comunitarias de alto nivel consultadas han confirmado el incidente, como así también los organizadores, pero difieren en el alcance de las violaciones de las leyes de kashrut y el impacto que tuvo en la práctica, sobre todo porque desde el viernes los organizadores cambiaron el servicio de "hashgajá" (supervisión) tras la renuncia del servicio contratado originalmente.

¿Qué hubo y que no hubo?

Entre los numerosos relatos recogidos por Enfoque Judío, un participante describió que "en el menú" constaba "un plato de pollo con queso" (E.J. – No que "recibió" como constaba en la versión original de esta nota por un error de interpretación), y relató que nadie impidió correctamente la presencia de lácteos junto a embutidos. Otro joven afirmó que en el desayuno se ofrecieron productos sin control adecuado y que cuando preguntaron al supervisor, este no reaccionó. El punto álgido se produjo el viernes 27, apenas horas antes de la entrada de shabbat. En ese momento, el inspector de kashrut ("mashguiaj/shomer") designado para el evento, Yosef Ben Abraham Pissarro, presentó de forma abrupta su renuncia, alegando que no le permitían permanecer en la cocina ni realizar las comprobaciones necesarias.

Y en una carta al presidente de la Federación de Comunidades Judías (FCJE), David Obadía, y a los "rabinos de las comunidades afectadas", documento al que ha tenido acceso Enfoque Judío, Pissarro escribió que se le había asegurado que la cocina y utensilios habían sido kasherizados previamente por otro mashguiaj/shomer (su nombre está registrado en Redacción) y que los alimentos habían sido adquiridos en establecimientos autorizados. Pero añade que, el jueves, al personarse en el hotel, la dirección del establecimiento le permitió encender los fuegos pero no permanecer en las cocinas tras encenderlos, una restricción que -argumentaba- "le impedía asumir las funciones esenciales e imprescindibles de un shomer". En su carta, datada en Marbella y fechada el 27 de junio, Pissarro transmitía con dureza y un aparente sentido de responsabilidad religiosa, las que decía eran sus completas funciones como supervisor, y hacía recaer la imposibilidad de realizar su trabajo ante la negativa del hotel a darle acceso completo a la cocina.

En declaraciones a Enfoque Judío una semana después de los hechos, en una entrevista de más de una hora, Pissarro explicó los problemas originados por no poder permanecer en la cocina y otras complicaciones. Estos reflejan a priori un fallo sistémico de todo el proceso contratación de servicios, adquisición de productos y supervisión in situ, en todas y cada una de sus etapas.

"Para empezar traen un pan de la panadería Salvador 1905, que hace muy buen pan pero no es en absoluto kosher (..) Tampoco el atún era kosher (..) Para el desayuno del viernes, después de preguntarles a que hora se servía (9.00), les pedí que no pusieran nada antes de que yo llegara. Cuando llego a las 8.30 habían puesto todo el embutido en la mesa y la leche encima (de la mesa). Embutido kosher. Y le pedí que lo quitaran inmediatamente", relata. Pero, "ahí decidí irme", apostilla.

En su larga descripción, destaca una sucesión de irregularidades como el uso de un colorante no permitido en la paella servida el jueves por la noche, el no haber podido supervisar su preparación, y"unas tartas de (la panadería) Salvador que tenían chocolate, y eso suele tener leche", más allá -recordó- de que la panadería no está autorizada y "las metieron sin mi permiso". Otro elemento fue el ron añejo ("lo quité de la lista y lo pusieron también"), la preparación de sandwiches para la playa -según dice- con baguette kosher pero también con pan de la panadería Salvador. Y el aparente uso de una cortadora de embutidos que, tras ser limpiada exhaustivamente, le fue dado doble uso -kosher y no kosher- por necesidades de cocina del hotel: "Kasherizo la máquina y los chicos ven cómo están cortando jamón de York y acto seguido se ponen a cortar embutido nuestro. Eso me lo han contado los seis chicos religiosos. No fui yo testigo, pero me lo confirmó (después) uno de los cocineros".

Por el contrario, Pissarro aclaró a Enfoque Judío que en la cena del jueves no fue servido "pollo con queso": "Eso estaba puesto en el menú", afirmó, pero fue detectado con antelación a la cena y "lo hice cambiar por un pollo al ajillo".

Preguntado sobre por qué no apeló al hotel para resolver el problema de su presencia en la cocina, e incluso a los propios organizadores del FEJJE para que intervinieran, aseguró que "fue lo primero que hice nada más llegar el jueves y me dijeron con palabras textuales: Ud no puede estar en la cocina. Tuve que ver cómo preparaban la comida desde una ventanita fuera". Y abunda que se fue al día siguiente porque no estaba dispuesto a trabajar en esas condiciones, tras lo cual envió su carta explicativa a la FCJE y a los rabinos.

Jabad Barcelona al rescate

El FEJJETON es el evento principal de la asociación que reúne a las jóvenes judíos españoles de más de 18 años, y consiste en la organización de un "shabatón" (fin de semana) en un hotel. El de Mijas era el tercero hasta ahora. El anterior fue en Cataluña. Con tal fin, confirmó la FEJJE a Enfoque Judío, "contratamos una agencia que actuó como intermediaria con el hotel y los proveedores, asegurando un shomer durante todo el evento, bajo indicaciones de una autoridad rabínica", en este caso de Marbella. Y confirmó que "durante la organización surgió una complicación importante en torno a la supervisión kosher, un valor innegociable para nosotros".

También destaca que "toda la preparación previa —incluida la kasherización de utensilios, menaje y espacios, así como la validación de productos— había sido coordinada y aprobada por la autoridad rabínica correspondiente", que los organizadores no identifican en su respuesta.

Tal y como registraba en su carta, Pissarro confirmó en la entrevista que el contratista de la hashgajá era el rabino de Marbella León Benguigui. A lo largo de esta semana, Enfoque Judío ha tratado de obtener su reacción en dos ocasiones, pero sin éxito. En el primer mensaje, informaba estar en Italia por motivos personales y que a su regreso recabaría información sobre la carta de Pissarro.

Frente a este escenario inédito, y "gracias al apoyo desinteresado de personas comprometidas y a la colaboración de organizaciones como Jabad Barcelona", la FEJJE dispuso de otro mashguíaj enviado por el rabino David Libersohn, que se encuentra en Málaga y que, ese mismo viernes, estaba de camino al evento para entregar velas de shabbat. Fué el quien "reinspeccionó la cocina antes del cocinado del viernes, reconfirmó la kasherización completa de todos los elementos necesarios y garantizó la presencia continua de un shomer cualificado durante el resto del evento".

Los organizadores también afirman en su respuesta que "ese mismo día (el viernes) se nos informó que una de las personas presentes en la supervisión inicial del miércoles no estaba debidamente cualificada, lo que incrementó nuestra preocupación en cuanto al cumplimiento de los estándares". Pissarro confirmó este extremo y afirmó que "como sólo era para hervir los cacharros, pues Benguigui consideró que el chaval lo podía hacer" y que "el resto me encargaba yo cuando fuera. Pero como la gente empezó a quejarse, ahí el rabino me llama y me fue corriendo para el hotel (E.J. Pissarro dijo que había estado convaleciente)".

Responsabilidades

El evento contaba con el apoyo de varias instituciones nacionales e internacionales, entre ellas la FCJE. Pero ninguna de ellas estuvo involucrada en los detalles organizativos. La FEJJE es una organización independiente y los servicios de kashrut y hashgajá fueron contratados directamente, aparentemente por la "agencia".

En conversaciones posteriores a la difusión de la primera versión de esta nota, un miembro de la FEJJE dijo a Enfoque Judío que esperaban que la parte contratista hubiera cumplido con todas las obligaciones y compromisos para las que se les habían contratado, porque ésa era su exclusiva responsabilidad y el propósito del contrato. Preguntado por esas responsabilidades, Pissarro explica que, si bien son ciertas, también lo es que el servicio viene acompañado de unas condiciones, entre ellas de acceso a cocina y capacidad de decisión, que en la práctica el hotel les denegó, haciendo imposible la supervisión. También asegura que las compras de la panadería Salvador fueron realizadas por una persona ajena a los servicios de hashgajá y kashrut ofrecidos por el Rab Benguigui, según su testimonio, la encargada del evento o persona de referencia con los contratantes.

Ante las protestas que ha generado en la FEJJE la información publicada sobre los problemas de kashrut en el FEJJETON, Enfoque Judío ha ofrecido varias veces a dos representantes de esta organización el derecho de réplica por escrito y hasta una entrevista, ofrecimiento que, hasta ahora, no ha obtenido respuesta.

Consultada sobre los problemas ocurridos, una alta fuente comunitaria señaló que "la FEJJE es una organización independiente. Son jóvenes. Lo quisieron hacer bien y no les salió. También creo que se les dejó un poquito abandonados". Y valoró que "lamentablemente se produjo una confluencia de errores" y lo importante ahora es "hacer todos un ejercicio de responsabilidad, para que en cualquier evento futuro de este tipo nos echemos una mano los unos a los otros" ▪