Durante la Conferencia de Cracovia sobre antisemitismo, organizada por la European Jewish Association (EJA) bajo el lema "Preparar el futuro contra el odio y la incitación", el ex primer ministro británico Boris Johnson lanzó un llamado de alarma frente a lo que considera una peligrosa complacencia ante el resurgimiento del odio antijudío en Europa.
"No podemos ser tan arrogantes ni tan engreídos como para pensar que lo que ocurrió en la vida de nuestros abuelos no podría volver a suceder en Europa. Sí puede pasar, porque ya pasó otras veces", declaró Johnson este martes en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, durante un acto de homenaje a las víctimas del Holocausto.
El ex mandatario conservador, que fue el orador principal del acto de recuerdo, insistió en que "todos debemos escuchar las advertencias del pasado y hacer todo lo que esté en nuestras manos para romper el ciclo del odio y evitar que se repita".
La conferencia reunió a más de un centenar de líderes políticos y periodistas europeos en Cracovia y Auschwitz, con el objetivo de fortalecer las estrategias de prevención frente al discurso de odio y la incitación al antisemitismo tras el 7 de octubre de 2023. En ese contexto, fue galardonado con el Premio Rey David 2025 de la EJA por su defensa de la vida judía y su compromiso en la lucha contra el antisemitismo.
La "arrogancia" del olvido y el deber de memoria
En su intervención en Auschwitz, Johnson advirtió sobre la indiferencia contemporánea ante el antisemitismo y los peligros de creer que los horrores del pasado quedaron definitivamente atrás.
"A quienes todavía piensan con apatía o con ingenuidad que este brote de odio se limitará a los judíos, les digo: miren la historia. Cuando una sociedad acepta la persecución de una minoría, no hay límite para las mentiras que está dispuesta a creer ni para el sufrimiento que infligirá a quienes ve como extraños", afirmó.
El ex primer ministro instó a "denunciar el antisemitismo allí donde aparezca" y a mantener "vigilancia constante" ante las nuevas formas de odio. "Este lugar debe bastar para nosotros y para nuestros hijos como advertencia suficiente para no repetir los errores del pasado", subrayó ante los asistentes, entre ellos varios supervivientes del Holocausto, ministros y altos funcionarios de gobierno de una docena de países, y periodistas.
Durante la conferencia en Cracovia, Johnson reiteró que la amenaza antisemita se ha extendido nuevamente por las calles europeas, alentada por la desinformación y por la "cobardía política" de gobiernos que, en su opinión, han renunciado a la claridad moral. Lo hizo en un panel con el presidente de la EJA, rabino Menahem Margolin, y con el rabino de la sinagoga de Manchester atacada en Yom Kipur, Daniel Walker.
Durante la cena de gala de la Conferencia, Johnson recibió el Premio Rey David 2025, concedido por la European Jewish Association en reconocimiento a su defensa de la vida judía y su firme compromiso contra el antisemitismo. Al aceptar el galardón, afirmó que "el antisemitismo es un veneno que se disfraza con cada generación, pero puede combatirse con educación, liderazgo y coraje moral".
Críticas a la izquierda europea y a Pedro Sánchez
En una rueda de prensa ofrecida el lunes en Cracovia, Johnson arremetió contra lo que denominó "la rendición moral de la izquierda" ante el extremismo islamista. "El problema no es sólo el extremismo, sino la falta de coraje político", afirmó. "Durante décadas, los islamistas radicales han usado las libertades del Reino Unido —la libertad de expresión, de asociación, el habeas corpus— para promover una agenda que busca destruir precisamente esas libertades. Y Occidente no ha reaccionado".
El ex primer ministro acusó a sectores progresistas europeos de blanquear a los terroristas de Hamás y abandonar a las comunidades judías por cálculo electoral. "El Partido Laborista solía ser el partido de Israel porque lo veía como una democracia liberal en una región hostil. Hoy ese vínculo se ha roto por miedo a ofender a la opinión musulmana en el Reino Unido", lamentó.
Johnson también criticó la decisión de distintos gobiernos, entre ellos el británico y el español, de reconocer al Estado palestino en plena guerra. "No es coherente reconocer una entidad cuyos dirigentes ni siquiera controlan su territorio ni renuncian a la violencia. No cumple los criterios del derecho internacional y, sin embargo, se hace para contentar a determinadas bases políticas", señaló.
El ex mandatario consideró que el reconocimiento de Palestina por parte de Londres y Madrid constituye un "error histórico" y una cesión ante la presión ideológica. "Debe haber una solución de dos Estados, pero no a cualquier precio ni sin garantías de seguridad", advirtió.
Desinformación y "virus del antisemitismo"
Johnson dedicó buena parte de su intervención a denunciar la "propagación sistemática de falsedades" sobre Israel por parte de medios y organismos internacionales. "Nos dijeron que Israel estaba provocando una hambruna en Gaza; la ONU aseguró que era cierto. Resultó ser falso. La BBC afirmó que Israel había atacado un hospital deliberadamente. También era falso. Una mentira da la vuelta al mundo antes de que la verdad se haya puesto las botas", citó, evocando la célebre frase de Churchill.
A su juicio, el discurso mediático actual alimenta una percepción errónea que legitima la hostilidad contra los judíos europeos. "El antisemitismo es un virus que siempre encuentra una nueva forma, pero puede combatirse con liderazgo, claridad moral y educación. No con silencio", afirmó.
Durante un panel de la Conferencia, Johnson insistió en que los líderes europeos deben "mostrar liderazgo" y "mantener una distinción moral clara" entre Israel y Hamás. "No hay equivalencia entre una democracia que intenta defenderse y un movimiento totalitario que busca destruirla", dijo. "Es triste ver a miles de personas, muchos de ellos intelectuales de clase media, ponerse un kefia y salir a las calles a pedir que Israel sea borrado del mapa. Esa consigna —‘del río al mar’— sólo tiene una interpretación posible".
El ex primer ministro británico, que recordó haber visto las calles de Londres cubiertas de banderas palestinas tras los ataques del 7 de octubre, confesó su desconcierto: "Volví a mi ciudad natal y pensé: esta ya no es mi ciudad. No la reconozco".

Un llamado a la responsabilidad política y social
Johnson concluyó su participación en Cracovia con un mensaje dirigido a las autoridades europeas y a los medios de comunicación. "Cuando la gente empieza a creer en mentiras, termina creyendo en otras mentiras, y lo que vimos en el siglo XX puede volver a suceder", advirtió.
Para el ex primer ministro, la respuesta pasa por recuperar el liderazgo moral y por rechazar la complacencia. "Si la política europea sigue cediendo al populismo identitario y al chantaje del miedo, el antisemitismo volverá a extenderse como en el pasado. Lo que ocurrió aquí —en Auschwitz— no pertenece sólo a la historia; pertenece a nuestra conciencia", dijo.
Entre aplausos, Boris Johnson cerró su discurso con una exhortación sencilla pero contundente: "Dondequiera que vean antisemitismo, denúncienlo y enfréntenlo. ¡No esperen a que otros lo hagan!" ▪
