30 diciembre 2025
|
10 Tevet 5786

BRING THEM HOME NOW

Actualidad y Cultura del Judaísmo en España

AÚN QUEDA
1 SECUESTRADO

Firmas

¡Es hora de decir basta!

Mirar hoy Israel y los odios internos es sentir pavor por nuestro presente y futuro. La enfermedad del odio ha regresado (por si alguna vez desapareció), de una manera extrema.

Miguel Steuermann

El niño Jorge contemplaba el rostro de preocupación de sus padres. Escuchaba que en las tierras de las habían venido ellos y sus abuelos nuevamente había surgido una gran guerra. Poco comprendía de qué se trataba. El adolescente Jorge recibió el impacto de lo que significaba el horror de la guerra. Vio las crueles imágenes de cuerpos jóvenes y no tan jóvenes desgarrados. Historias de familias destrozadas. 

No pudo asimilar el número de 50.000.000 millones de muertos de los cuales 6.000.000 eran judíos y otros varios cientos de miles de gitanos, homosexuales, opositores y "discapacitados" que fueron exterminados solo por existir. Seguramente se le venía la imagen de ese relato que le era tan habitual de Isaac contemplando el cuchillo de Abraham y la del predicador judío Jesús, que tenía en una estampita que le habían regalado donde se lo veía ensangrentado en el madero.

Tal vez por esas primeras vivencias, luego, ya de hombre, cada vez que veía hombres de uniforme temía lo peor. No le faltaron en su Argentina posibilidades de confirmar sus presentimientos y saber del odio fratricida con y sin uniforme, o con diversos uniformes.

Entre lo racional y lo irracional 

Uno de mis maestros siempre recalcaba que no se debe poner en un mismo plano lo irracional con lo racional. Son dos categorías incompatibles y será imposible explicar con argumentos racionales a quien habite en la irracionalidad.

El odio es una expresión de la pulsión irracional en nuestra condición humana. Cuando nos inunda en sus manifestaciones menores impide un juicio medianamente equilibrado. A mayor odio, menor capacidad de escucha y racionalidad. Los judíos que hemos sufrido y sufrimos del antisemitismo sabemos demasiado bien que es imposible combatir el odio con hechos y argumentos racionales. Einstein, que fue víctima de este flagelo, expresó con claridad: "Es infinitamente más difícil destruir un prejuicio que un átomo".

Dicho lo anterior, veo con suma preocupación y tristeza como el odio ha hecho tanto daño en nuestro pueblo e identidad que avanza a pasos alarmantes. Los unos odiando a los otros de una manera espantosa. Mirar hoy Israel y los odios internos es sentir pavor por nuestro presente y futuro. La enfermedad del odio ha regresado (por si alguna vez desapareció), de una manera extrema. No es casualidad que muchos alerten del peligro de una guerra civil y otros teman nuevos fratricidios.



El 7 de octubre 

Nos llenamos la boca hablando del odio gratuito entre hermanos, pero nadie está dispuesto a escuchar al otro, respetar al otro y mucho menos a retroceder dos pasos en nombre del bien común. En los últimos tiempos, y sobre todo luego del 7 de octubre del 2023, la irracionalidad que produce el dolor, el temor, el odio y la impotencia llegan a extremos aberrantes. Hemos perdido completamente cualquier grado de equilibrio y racionalidad, si es que alguna vez la tuvimos.

Desde hace meses, con una impunidad y superficialidad vergonzantes, algunos piensan que el único dolor que existe en la historia de los pueblos y de la humanidad es el dolor judío. El 7 de octubre vivimos un golpe a nuestra soberbia que todavía no podemos asimilar. En lugar de procesar con humildad el mensaje (aunque no nos guste), la respuesta ha sido el odio visceral por el enemigo de diversas formas. Negando su existencia y dolor, haciéndolo una masa uniforme e invisible, justificando lo injustificable sin un mínimo de compasión. Los únicos muertos que cuentan son los nuestros. ¿Qué son 50.000 palestinos muertos (todos terroristas), 150.000 heridos, cientos de miles desplazados de sus hogares y la franja de Gaza completamente destruida? "Se lo merecen por lo hecho antes del 7 de octubre, durante y a posteriori", "Se lo buscaron, son unos monstruos", responden muchos… ¡Una muy buena manera de no mirar la tragedia a los ojos!

Muere un soldado israelí y nos acongojamos, se eliminan terroristas por centenas y nos son indiferentes, no humanos. Algo así como lo que los nazis, e incluso ellos mismos, intentaron aplicar a nuestra existencia sub-humana que debe ser extirpada.

Lo descripto de ninguna manera pretende ser una defensa del terrorismo del Hamás ni de otras organizaciones o países que pretenden borrarnos de la faz de la tierra. Pretende poner algo de racionalidad y equilibrio donde no lo hay.



El legado del Papa Francisco 

Estas líneas surgen hoy, cuando la muerte del Papa Francisco vuelve a indignar mi condición judía. Desde hace demasiado -y de una manera absolutamente injusta, irracional y llena de odio e impotencia judía- recibo mensajes cargados de una violencia espantosa e inmoral contra el pastor de la Iglesia Católica que valdrían para un psiquiátrico y coloquio de psicólogos sociales.

En lugar de mirar la paja en el ojo propio, miramos y de manera completamente superficial la paja en el ojo ajeno. Resulta que toda la trayectoria de vida de un hombre de diálogo y respeto por los distintos credos queda invalidada por no ser el vocero de la cancillería del gobierno actual de Israel. Hemos llegado a tal nivel de ceguera e irracionalidad que no podemos comprender que para un líder religioso la guerra es una tragedia. Le pedimos al Papa que le explique al mundo sumido en ignorancia la geopolítica de Oriente Medio y que se sume a aquellos que ven en la muerte de los palestinos (todos sin excepción asesinos terroristas) la salvación de los valores de la libertad, democracia y occidente. Que necedad y soberbia judía que además pretende ser el centro de todas las preocupaciones, atenciones de los dolores y tragedias de nuestro mundo.

La locura ha llegado a tal punto que un gobierno israelí desquiciado, impotente y frustrado trata de traidores al Estado judío a sus propios máximos exponentes en seguridad, defensa y luchadores por décadas cuando discrepan de sus políticas. Pobre padre Jorge Bergoglio, de nada le sirvió una vida de diálogo interreligioso admirable y un pontificado lleno de un mensaje de sueños proféticos. Cayó en la locura judía de estos tiempos que no quiere revisar trayectorias, hechos, escuchar argumentos ni buscar racionalidad.

Me identifico con el Papa. Sé que estas líneas seguramente me traerán más odio de mis afectados hermanos que viven el trauma del odio externo y en lugar de elaborarlo con sabiduría, reconocer amigos y verdaderos enemigos, responden con la misma patología enfermiza.

Gracias Francisco por saber que quedar bien no es el trabajo de los descendientes de los hijos de los profetas de Israel. Me quedo con muchas imágenes y tal vez con una que nunca te pude compartir. Verte en ese caminar pausado y plegaria silenciosa en Auschwitz como diciendo frente al odio irracional no hay palabra que alcance.

Difícilmente el pueblo judío y el Estado de Israel tendrán un tan buen amigo en el Vaticano que conocía tan bien nuestros pesares y los sentía como propios. Seguramente compartirías que es hora de decir basta al odio y la irracionalidad.▪

Miguel Steuermann es fundador y director de "Radio Jai" y comisionado para la Libertad Religiosa de la OEA

Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autor
y no necesariamente reflejan la postura editorial de Enfoque Judío ni de sus editores.

Otras firmas

Más leídas

Puede interesar...