30 diciembre 2025
|
10 Tevet 5786

BRING THEM HOME NOW

Actualidad y Cultura del Judaísmo en España

AÚN QUEDA
1 SECUESTRADO

Toldot

Identidades en conflicto

Entre el impulso del instante y la construcción paciente, cada decisión moldea quiénes somos. Siempre hay margen para corregir el rumbo y elegir de nuevo el camino.
Identidades en conflicto

Dos hermanos luchan en el vientre de su madre. Ya desde antes de nacer hay tensión, no por espacio físico, sino por el sentido del camino que tomarán en la vida. Esav nace primero, rojizo, cubierto de vello, cazador impulsivo, conectado a lo terrenal y lo inmediato. Yaakov lo sigue sujetando su talón: más introspectivo, busca ubicarse no con fuerza, sino con estrategia.

"Dos naciones hay en tu seno" (Gén. 25:23), dice la profecía divina a Rivká. Rashi interpreta que se trata de una lucha espiritual e histórica entre dos modelos de humanidad: uno basado en la fuerza, la inmediatez y la conquista; el otro, en la introspección, la continuidad y la espiritualidad.

El Midrash (Bereshit Rabá 63:6) agrega que cuando Rivká pasaba por casas de idolatría, Esav se agitaba, y cuando pasaba por casas de estudio, lo hacía Yaakov. Desde el útero, ya mostraban inclinaciones opuestas, reforzando la lectura de Rashi sobre la profundidad espiritual del conflicto.

Esa tensión inicial se desarrolla a lo largo de toda la parashá, que despliega una tensión existencial entre dos modos de estar en el mundo: una personalidad centrada en el instinto, el placer inmediato y la apariencia externa; y otra, enfocada en lo invisible, lo duradero, lo que requiere espera y construcción. La lucha no es sólo entre Esav y Yaakov: es el conflicto interior que cada persona enfrenta entre lo que desea ahora y lo que anhela llegar a ser.

Esav desprecia su primogenitura por un plato de lentejas. Tiene hambre y vive el presente. No es malvado, sino superficial: no valora lo que no puede usar ya. Su frase —"me voy a morir, ¿para qué me sirve la primogenitura?" (Gén. 25:32)— revela una personalidad sin proyección, incapaz de comprometerse con algo que no rinde frutos inmediatos.

Yaakov, en cambio, aunque actúa con astucia —e incluso con engaño— desea lo invisible: la bendición, la continuidad, el pacto. Su lucha no es por lo útil, sino por lo significativo.

La identidad no es algo que se recibe como herencia estática. Es una construcción que combina origen, decisiones y propósito. Esav tiene el título de primogénito, pero no quiere sostenerlo. Yaakov, que no lo es, se esfuerza por asumir esa responsabilidad. Rivká, que percibe esta diferencia desde el embarazo, interviene para alinear el futuro con quien pueda comprometerse con él.

En una cultura entrenada para premiar la gratificación instantánea, Toldot nos recuerda que lo más valioso no suele verse al principio. La paciencia, la constancia y el sacrificio a largo plazo no aparecen en rankings ni redes sociales, pero son la base de las identidades sólidas. Cambiar principios por aceptación momentánea es vender la primogenitura por un plato de lentejas, una y otra vez.

Cada generación, y cada persona, vuelve a estar frente a esa elección. Lo instintivo no requiere esfuerzo: simplemente se responde al deseo momentáneo. Lo espiritual, en cambio, exige construcción. A veces con dudas, a veces con lucha, pero siempre con intención. La parashá nos pone, entonces, frente a un espejo incómodo: ¿Qué camino queremos tomar? ¿Qué objetivos nos trazamos? ¿Qué estamos dispuestos a dejar atrás en función de lo que realmente importa?

A veces, sólo cuando perdemos lo que despreciamos —y vemos que otro lo valora—, entendemos su verdadero peso. Otras veces, incluso cuando conseguimos lo que deseábamos, sentimos un vacío inesperado. Es en esos momentos de revelación o desencanto donde se abre la oportunidad de replantear el rumbo y redirigir la búsqueda.

No hablamos sólo de identidad personal, sino de visiones del ser humano, de modos de habitar el mundo y de decisiones que configuran nuestro lugar en él. No es una etiqueta ni una máscara: es una trayectoria que puede ser revisada, corregida y elegida con conciencia, una y otra vez▪️

Noticias Relacionadas

Más leídas

Puede interesar...