Parashat Matot‑Masei, que cierra el libro de Bamidbar (Números 30:2–36:13), nos regala una doble perspectiva: por un lado, la solemnidad de los votos y la delimitación de territorios; por otro, la evocación de cada etapa del éxodo, un acto de memoria comunitaria que imprime identidad y sentido de responsabilidad histórica en el pueblo de Israel.
Ibn Ezra describe el elenco de paradas en el desierto como un ancla que impide la fragmentación del pueblo y sostiene la memoria viva (Ibn Ezra, comentario a Números 33:2; Rashi, comentario a Números 33:1).
El espejo curvo del sesgo y el pacto profanado
El sesgo de confirmación selecciona los hechos que refuerzan convicciones previas y descarta los que las contradicen. Rambán avisa que usar la palabra para fines espurios corrompe el juramento y fractura la alianza con lo sagrado: "קול דברה ומשקל מנהגיה" —quien falsea la voz rompe el pacto divino (Rambán, comentario a Números 30:2).
La manipulación de la memoria puede erigir muros invisibles que separan a ciudadanos y alimentan la polarización, al tiempo que se disfrazan de defensa de la identidad. A veces, desde el propio poder político se proponen esos muros generando más fractura social.
La parashá como espejo ético
El voto en Matot es un compromiso moral que demanda plena conciencia del deber (Números 30:2–14). El uso de la memoria también debe ser un "voto" de honestidad intelectual y apertura crítica. Por su parte, Masei expone fronteras y ciudades de refugio que equilibran justicia y misericordia (Números 35:11–15): un modelo que nos recuerda que proteger a quienes transgreden sin intención no menoscaba la integridad del sistema, sino que lo humaniza.
Estas dos parashiot nos enseñan que la memoria y las fronteras son instrumentos éticos que pueden usarse para edificar libertad o para erigir muros internos y esclavizarnos silenciosamente. Si cultivamos una enseñanza transparente y plural, convertiremos la historia en un puente de entendimiento y libertad compartida.
Y como es tradición, al terminar cada libro, decimos: JAZAK JAZAK VE’NITJAZEK! ("Fortalecidos, fortalecidos y nos fortaleceremos")
Que el eco de nuestras palabras honestas y responsables alimente el diálogo y la justicia, y siembre en los corazones el anhelo de un mañana más unido y digno ▪