El programa "Taglit", también conocido como "Birthright", ha iniciado la inscripción para el próximo viaje a Israel, el primero de 2025, que tendrá lugar durante 10 días a partir del 15 de julio.
Una fuente de la organización en España dijo a Enfoque Judío que la reunión informativa tendrá lugar el 5 de marzo y que en ella esperan llenar el cupo de 40 plazas, para el que en estos momentos faltaban 15 candidatos.
"Estamos ante una gran oportunidad, especialmente considerando lo que significa viajar a Israel en estos tiempos y, aún más, para los jóvenes. Además del recorrido y el programa clásico, esta edición incluirá contenidos relacionados con los acontecimientos posteriores a la masacre del 7 de octubre, ofreciendo una perspectiva más profunda de la actualidad", dijo Wally Melman.
La idea es tener el grupo armado a finales de marzo para comenzar los preparativos, dado que hay actividades previas al viaje. Para inscribirse, los candidatos pueden escribir al correo waltermelman@gmail.com.
El proyecto más exitoso
Taglit, un proyecto destinado a fortalecer el vínculo entre jóvenes de la diáspora e Israel, es el proyecto más exitoso del mundo judío desde su lanzamiento hace 25 años. La idea fue oficialmente planteada en un encuentro internacional en Jerusalén alrededor de 1995, con la colaboración del Estado de Israel, la Agencia Judía y varios filántropos, entre ellos los conocidos empresario Charles Bronfman, Michael Steinhardt y Lynn Schusterman. Ellos sumaron a las comunidades judías de la Diáspora para la aplicación práctica de la iniciativa.
La idea original consistía en ofrecer un viaje gratuito a todo joven de ascendencia judía entre los 18 y 32 años que quisiera conocer Israel, en un intento por restablecer el vínculo ancestral entre muchos de estos jóvenes y la herencia judía, y en respuesta a los altos niveles de asimilación y desconexión registrados en los ochenta y noventa del siglo pasado en algunas de las comunidades más importantes. Más allá de conocer lugares patrimoniales e históricos, los participantes tienen la oportunidad de encontrarse con jóvenes israelíes y acercarse a la realidad que viven.
Con el tiempo, el proyecto se convirtió en una de las iniciativas más exitosas, tanto a nivel espiritual como educativo, en un importante brazo de diplomacia pública y, además, supuso un éxito económico para Israel pues la inversión es recuperada mediante los ingresos que deja en el país este particular "turismo". El proyecto genera unos 1.500 millones de dólares de ingresos a hoteles, restaurantes, guías, etc., más de la inversión, y ha llevado a Israel a unas 900.000 personas de hasta 70 países.
La huella identitaria
También en cuanto a su verdadero propósito, el educativo patrimonial, la iniciativa ha probado ser todo un éxito. Los participantes creen que contribuyó a fortalecer su identidad judía de diversas maneras y un estudio independiente realizado hace años por el Centro de Estudios Judíos Modernos en la Universidad Brandeis reveló que la probabilidad de que quienes participaron en el programa se sintieran muy conectados con Israel era 46% mayor que en aquellos jóvenes que no participaron.
Otros criterios que han sido sondeados indican que sus participantes ven más importante su identidad judía, la necesidad de perpetuar el legado ancestral, el que su hogar preserve rasgos identitarios, y que la posibilidad en matrimonios mixtos de que el conyugue no judío se convierta al judaísmo es cuatro veces mayor
