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Nasó

Una arquitectura para la convivencia

La parashá más extensa de la Torá traza un recorrido que regula desde la vida colectiva hasta la espiritualidad personal, integrando normas, votos y bendiciones en una propuesta de convivencia ética.
Una arquitectura para la convivencia

Actualizado el 31/5/2025, 18:01 hs.

Parashat Nasó, la más extensa de toda la Torá, puede parecer una acumulación compleja de leyes dispares. Pero si la observamos con atención descubrimos una arquitectura muy bien pensada: está construida como una secuencia que va de lo externo a lo interno, de lo colectivo a lo íntimo, del desorden al orden espiritual. Una secuencia que va desde la organización del espacio colectivo hasta la regulación de la vida emocional y espiritual.

Este camino lo marcan la organización del servicio levita, las leyes de pureza, la restitución por daños, el complejo ritual de la sotá (un procedimiento para resolver la sospecha de infidelidad sin pruebas), el voto del nazir (la abstención como forma de consagración personal) y las ofrendas tribales (idénticas entre sí, marcando un ideal de unidad sin uniformidad dentro del pueblo). Como señaló Rabí Shimshón Rafael Hirsch en su comentario sobre Bamidbar, la Torá no separa lo espiritual de lo social: "en el corazón de la ley está la formación del carácter y la justicia de las relaciones humanas".

Todas estas leyes intentan ordenar el espacio comunitario y el interior humano a partir de funciones diferenciadas, responsabilidad individual, límites al poder, espacios de purificación y un ideal de convivencia en la diversidad. No es un listado caótico de preceptos, sino un forma de integración que refleja cómo construir una sociedad sana y espiritualmente viva.

El paso de lo normativo-institucional a lo relacional-espiritual lo marca la instrucción de Dios a los kohanim, Birkat HaCohanim, la bendición sacerdotal, un texto breve que resume el ideal espiritual del pueblo: protección, gracia y paz como aspiraciones universales.

"Que Dios te bendiga y te guarde.
Que ilumine su rostro sobre ti y te otorgue gracia.
Que eleve su rostro hacia ti y te conceda paz."

Tres líneas que condensan una bendición tan profunda que ha trascendido siglos y religiones. En palabras del rabino Jonathan Sacks: "La bendición sacerdotal no es solo una fórmula litúrgica. Es una visión del tipo de sociedad que el judaísmo intenta construir: una en la que las personas vivan con seguridad, dignidad y paz". El judaísmo y el cristianismo la pronuncian, cada uno a su manera. Es un deseo positivo para la humanidad entera, donde el bienestar no está separado de la gracia ni la paz de la presencia divina.

Parashat Nasó no es solo una lista de leyes. Es una guía de comportamiento social e individual que ofrece herramientas para ordenar tanto la vida comunitaria como la interior, a partir de responsabilidad, contención y espiritualidad. En la Guía de los Perplejos (III:27), Maimónides dijo: "El propósito de todas las leyes es doble: el bienestar del cuerpo y el perfeccionamiento del alma"

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