La universitaria francesa de 22 años que dirigía el grupo vacacional del "Club Kineret", ha ofrecido por primera vez su versión de los hechos ocurridos en el vuelo de Valencia a París el pasado 23 de julio. Lo hace bajo seudónimo –Élise– en una entrevista publicada por Le Parisien, donde denuncia cómo fue violentamente arrestada por la Guardia Civil tras negarse a abandonar el avión sin explicaciones claras.
"Sufrí violencia física. Tengo moretones, dolores en el tobillo derecho y en los hombros. Desde entonces tengo crisis de asma, ansiedad y no puedo dormir", afirma. El grupo de adolescentes, según su relato, "estaba relativamente tranquilo, se les habían dado instrucciones claras", y niega que hubieran perturbado el vuelo o manipulado material de seguridad, como sostiene la versión oficial.
"Todo empezó cuando un niño gritó una palabra en hebreo. Un miembro del personal se dirigió a él de forma agresiva. Me levanté y el auxiliar dijo que si eso se repetía, el grupo sería expulsado del avión", relata. Élise asegura que los trabajadores de cabina mostraron hostilidad desde el embarque: "Nos miraban mal y no nos saludaron al subir".
Vueling y la Guardia Civil alegaron "comportamientos conflictivos" e interrupciones a las instrucciones de seguridad, que motivaron su decisión de alertar a la Guardia Civil. Entre otras acusan al grupo de haber manipulado equipos de emergencia como mascarillas y botellas móviles de oxígeno. Pero ella asegura en la entrevista que "es una tontería, eso nunca ocurrió".
"Son testigos anónimos que han salido de la nada", responde la directora al diario parisino. "Desde el principio, todo lo que dicen es mentira. Vueling trata de manipular a la opinión pública con versiones cambiantes".
"La Guardia Civil me esposó, me tiró al suelo y me mostró un arma"
Pero reconoce que al principio, cuando la jefa de cabina informó a Élise que debía abandonar el avión, ella se negó: "No entendía lo que estaba pasando y pedí hablar con el comandante, pero nunca apareció". Finalmente accedió a bajar sola, dejando a los demás responsables del grupo a bordo. "Dos minutos después, todos los niños también bajaron. Les pidieron que borraran los vídeos que habían grabado. Estaban asustados".
La directora del campamento recuerda ese momento como uno de humillación y violencia. "Les pedí que no borraran los vídeos. Mi prioridad era mantener la calma, todavía tenía la esperanza de que pudieran volver al avión". Poco después, fue detenida y acusada de agredir a un agente.
"No entiendo por qué me detuvieron. Uno de los agentes me enseñó su arma y las esposas. Me tiraron violentamente al suelo, me esposaron y me pusieron una rodilla en la espalda", denuncia. Élise fue llevada a una sala donde sufrió una crisis de asma durante el interrogatorio, que se realizó en español. "Me asusté muchísimo. Temí que me agrediera físicamente".
"No entendí por qué me llevaron a esa sala, y menos aún cómo salí de ella", agrega. Tras ser liberada, se reencontró con los menores cerca de las cintas de equipaje.
"Nos identificaron como judíos, por eso nos bajaron"
Para Élise, no hay duda de que se trató de un acto de antisemitismo. "Éramos un grupo reconocible: llevábamos kipá, estrellas de David, y el logotipo de la colonia en las mochilas era una estrella de seis puntas", explica. "Sí, fue un acto antisemita", subraya.
Las secuelas psicológicas aún perduran. "Estoy conmocionada por lo que viví, y los niños por lo que vieron. Voy a recibir seguimiento psicológico". Describe sus días desde entonces como una repetición inalterable: "Revivo cada día lo mismo, con las mismas preguntas, las mismas llamadas. El impacto es siempre el mismo".
Élise exige una rectificación y disculpas por parte de la aerolínea. "Espero que se sepa la verdad, que Vueling confiese lo que realmente ocurrió y que se disculpen. Que todo vuelva a la normalidad, pero sobre todo, que se sepa la verdad", concluye ▪