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Pinjas

Disrupción con Propósito

Pinjás frenó la plaga con un acto preciso, demostrando que la disrupción ética excepcional abre camino al diálogo restaurado y sella un verdadero pacto de paz.
Disrupción con Propósito

Actualizado el 15/7/2025, 18:33 hs.

En Números 25, la plaga moral desatada por el culto a Baal Peor avanza entre Israel hasta que Pinjás, con un acto radical y puntual, frena el contagio y restablece la santidad de la comunidad.

Vivimos una dinámica semejante. Una "infección ideológica" propagada por corrientes extremistas y medios manipulados pinta al adversario como enemigo a erradicar. Esta estrategia bloquea la convivencia y el intercambio de ideas necesarios para el crecimiento colectivo.

¿Cómo aplicar la lección de Pinjás en un escenario donde nuevos líderes de opinión —políticos, influencers, youtubers, periodistas— recurren a la misma violencia verbal de sus oponentes para denunciar el engaño?

La parashá describe cómo la mezcla de convicciones personales y la permisividad comunitaria dio lugar a una plaga devastadora: 24.000 muertos en pocos días. Esto refleja cómo las redes y los medios alojan discursos extremos que, bajo el disfraz de la verdad, esparcen odio y desconfianza: mensajes virales que polarizan y deslegitiman a quienes disienten.

Pinjás y la decisividad disruptiva

Pinjás, nieto de Aharón, actúa con precisión: atraviesa al príncipe Zimri en el mismo altar de su deshonra. Rambán comenta sobre Números 25:11: "וְנֶעֱצָרָה עַד־בּּוֹא הַתְּשׁוּבָה" —"su acción detuvo el castigo hasta que llegara la expiación" (Rambán, comentario a Núm. 25:11). Este acto no crea un precedente para la violencia cotidiana, sino que es una intervención única, inspirada por un mandato divino y no por pasión personal.

Del mismo modo, los nuevos líderes de opinión aplican tácticas disruptivas —memes afilados, performances provocadores, denuncias escénicas— para desvelar mentiras sistémicas. Su acción, como explica Rashi en Núm. 25:8, "קִנְאַת פִּינְחָס הֵקְנִימָה אֶת־חֲרוֹן אַף ה’" —"el celo de Pinjás apaciguó el enojo divino"— debe entenderse como un acto excepcional, no como norma.

El verdadero desafío no es solo blandir la lanza discursiva, sino no caer en la trampa del espejo: replicar hate speech, descalificaciones gratuitas o manipulaciones emocionales. Ibn Ezra señala sobre Zimri: "וְנִשְׁבְּרָה בְּרִית בְּזִימוּנָיו" —"su promesa quedó quebrada por sus impulsos" (Ibn Ezra, Núm. 25:6)— recordándonos que el problema radica en la ruptura de la santidad, no solo en la estrategia.

Del acto al pacto de paz

Como recompensa por su decisividad, Dios otorga a Pinjas un brit shalom ("pacto de paz") y un sacerdocio perpetuo. Ibn Ezra escribe: "וְהָיָה לוֹ וּלְזַרְעוֹ אַחֲרָיו בְּרִית שָׁלוֹם" —"él y su descendencia tendrán un pacto de paz" (Ibn Ezra, Núm. 25:12)— enfatizando que la firmeza debe conducir siempre a la armonía.

En este contexto, cada acción disruptiva requiere un proyecto posterior de diálogo y reconciliación. Los influenciadores y periodistas que llaman la atención con denuncias contundentes deben promover la alternancia de ideas, el respeto a la pluralidad y la restauración del debate.

La parashá nos enseña que defender la moral y la libertad individual exige, en ocasiones, actos audaces, pero siempre guiados por principios éticos y con la mirada puesta en la convivencia y la alternancia política. Los líderes actuales deben usar la lanza del discurso disruptivo como trampolín: un gesto singular que desactive la plaga del odio y abra espacio para el entendimiento.

El desafío contemporáneo consiste en abrazar la enseñanza de Pinjas: denunciar el engaño con valentía sin convertirse en esclavos de la violencia recíproca. Solo así edificaremos un verdadero pacto de paz que restituya la convivencia y fomente un discurso público vibrante y libre ▪

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