Pedro Sánchez está utilizando a Israel como chivo expiatorio para distraer de sus propios problemas políticos, afirmó el empresario madrileño y presidente de la Fundación Hispano Judía (FHJ), David Hatchwell, en una entrevista concedida al diario israelí en inglés The Jerusalem Post. Según el medio israelí, Hatchwell acusó al Ejecutivo español de manipular la opinión pública mediante campañas de difamación y el uso del "lawfare" contra sus opositores políticos.
Sánchez, secretario general del PSOE, no se detendría ante nada para imponer sus ideas, aseguró Hatchwell. En sus palabras, el presidente del Gobierno "tiene cero problema en mentir, engañar o corromperse". El empresario considera que el presidente del Gobierno ejerce control mediático a través de incentivos económicos, mientras ataca a quienes no se alinean con él.
Una campaña de difamación "por ser judío"
El empresario relató que los ataques mediáticos comenzaron tras la publicación, el 28 de julio, de un video de TRT Español que lo describía como "el mayor sionista de España". Desde entonces, explicó, se desató una serie de artículos y programas en televisión y radio nacional que lo retratan como un actor de una supuesta red proisraelí que intenta influir en la política española.
"Estoy seguro de que hay 30 o 50 empresarios tan influyentes como yo —pero la diferencia es que soy judío", declaró. Según Hatchwell, las conspiraciones en su contra se intensificaron durante el verano, hasta el punto de que "la televisión y la radio nacionales dedicaron programas especiales sobre mí en horario de máxima audiencia".
El 21 de septiembre, El Diario.es publicó que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, habría adoptado posiciones favorables a Israel debido a la influencia de "un grupo de empresarios judíos" vinculados a la FHJ. Hatchwell rechazó esas afirmaciones y recordó que el proyecto del Museo Hispanojudío de Madrid —citado por el medio— implica una inversión de 15 millones de euros y el compromiso de entregar el edificio restaurado a la ciudad en 30 años.
"¿Dónde está el regalo? Estamos ofreciendo a la región de Madrid una joya cultural y turística, y lo pintan como si los judíos estuviéramos recibiendo un edificio gratis para difundir nuestro mensaje", replicó.
"El antisemitismo está creciendo porque al Gobierno no le importa"
Hatchwell aseguró que responderá legalmente ante los intentos de presentarlo como una figura "negativa para España". Recordó que campañas de señalamiento público pueden poner en riesgo la seguridad personal, como ocurrió en tiempos del terrorismo etarra: "Hay quienes convierten a la gente en objetivos, y otros que aprietan el gatillo", advirtió.
El empresario subrayó que nunca ha pedido favores políticos para sus negocios y que la colaboración con líderes institucionales siempre se basó en "valores compartidos y amistad". Añadió que su objetivo es fomentar el entendimiento entre España e Israel y poner en valor la herencia judía en la Península Ibérica.
"Queremos que la gente entienda la fuerza positiva del judaísmo en el mundo hispano y los valores comunes de respeto y tolerancia", explicó. Para Hatchwell, la relación entre ambos países responde a intereses y principios mutuos, en consonancia con el espíritu de la Constitución española de 1978.
Israel como cortina de humo ante la corrupción
En la entrevista, Hatchwell vinculó el discurso oficial del Gobierno sobre Gaza con las causas judiciales que afectan al entorno socialista. Según explicó, cuando los casos de corrupción se hacen públicos, Sánchez busca desviar la atención y presenta el conflicto en Gaza como "el mayor problema de la humanidad".
Según recordó, la esposa y el hermano del presidente, así como varios exministros y altos cargos del PSOE, enfrentan investigaciones por sobornos y adjudicaciones irregulares. En este contexto, afirmó, el Ejecutivo utiliza el conflicto israelí-palestino para distraer a la opinión pública.
El empresario criticó que Sánchez alentara las protestas antiisraelíes que interrumpieron la Vuelta Ciclista a España en septiembre. "Organizaron una intifada al estilo español. Fue peligroso: tiraban clavos y vidrios mientras los ciclistas pasaban a 70 kilómetros por hora", relató.
Horas después de que el presidente expresara "admiración por quienes se movilizan por causas justas como Palestina", los manifestantes bloquearon el recorrido final de la carrera, obligando a cancelar la última etapa en Madrid. "El Gobierno estaba encantado de que eso ocurriera en Madrid, una región próspera y proisraelí, para dañar su imagen internacional", denunció Hatchwell.
"El problema es que, una vez que introduces antisemitismo y toxicidad en la sociedad, se quedan; y a Sánchez no le importa, porque su agenda es personal", concluyó ▪