Dos años después de la masacre perpetrada por Hamás en Israel, la Coordinadora Estatal de Lucha contra el Antisemitismo exige memoria, dignidad y justicia para las víctimas. "El silencio y el olvido de estos hechos es otra manifestación de antisemitismo", advierte el texto de un comunicado difundido por la Coordinadora, que reúne a decenas de organizaciones y grupos en España y en el que denuncian tanto la brutalidad del ataque como la respuesta insuficiente de instituciones internacionales.
El documento, titulado Memoria, dignidad y justicia para las víctimas de la masacre antisemita del 7 de octubre de 2023, afirma que "ese día asesinaron a más de 1.200 personas, de las cuales más de 800 eran civile" y "se cometieron atrocidades sin límite".
Una masacre planificada y filmada
El ataque comenzó en la madrugada del 7 de octubre de 2023, cuando unos 3.000 terroristas irrumpieron en kibutzim, poblaciones israelíes del sur y el festival de música "Nova". De acuerdo con el comunicado, "irrumpieron en casas familiares, incendiaron hogares con las familias en su interior, violaron a mujeres y hombres, ejecutaron a niños y despedazaron a bebés". Además de las más de 1.200 víctimas mortales, los hospitales israelíes registraron ese día cerca de 3.500 heridos.
El terror no terminó con la matanza. Durante el asalto, 251 personas —incluidos niños, ancianos y personas con discapacidad— fueron secuestradas y trasladadas a Gaza, donde permanecieron en condiciones infrahumanas. El documento califica estos hechos como "una flagrante violación del Derecho Internacional y un crimen de lesa humanidad".
Un grupo de juristas internacionales definió lo sucedido como "Kinocidio", término que alude al asesinato sistemático de familias completas con un sadismo extremo. "Primero asesinan al bebé, luego violan y queman a la madre, y después torturan y acaban con el padre… además se filma el horror y se difunde digitalmente", recoge el texto.
El informe sobre este concepto cuenta con el respaldo del Centro Raoul Wallenberg para los Derechos Humanos.

Reacciones desiguales y silencios clamorosos
La Coordinadora subraya la falta de condena y solidaridad internacional tras los ataques. "Las reacciones internacionales fueron desiguales; pocas condenas, silencios clamorosos y relativizaciones preocupantes", señala en ese sentido.
El comunicado reprocha especialmente la ausencia de una respuesta inmediata de ONU-Mujeres y de organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch frente a los secuestros, la violencia sexual y la falta de acceso a los rehenes.
Asimismo, critica la cobertura mediática por invisibilizar el dolor de las víctimas israelíes. Según el documento, "en muchos casos los medios están actuando como aparato de agit-prop al servicio de estrategias antiisraelíes, con retóricas antisemitas".
El comunicado también advierte del uso del lema "Desde el río hasta el mar" en manifestaciones internacionales y en centros educativos, calificándolo de consigna de exterminio: "No pide paz, ni justicia, sino la desaparición del Estado de Israel". La Coordinadora denuncia que este grito ha sido difundido incluso por altos cargos de la política española.

Antisemitismo global y campañas de boicot
La declaración vincula la masacre con una posterior campaña internacional contra Israel basada en acusaciones de genocidio, que califica de "jurídicamente impropias a la luz de los hechos".
"El grito-consigna "Israel Genocida" es puro antisemitismo… una nueva forma de odio que ha mutado sucesivamente, adquiriendo nuevas dimensiones globales", sostiene el texto.
En España, la Coordinadora advierte de un aumento de incidentes antisemitas que incluyen agresiones, amenazas, acosos, escraches y boicots. El documento recuerda que el Tribunal Supremo ha declarado ilegales las campañas de boicot contra Israel por considerarlas discriminatorias. "La falsaria campaña alcanza no solo a Israel y los israelíes presentes, también a los judíos españoles y a personas afines", denuncia.
El comunicado cita la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), que considera práctica antisemita "establecer comparaciones entre la política actual de Israel y la de los nazis" o "considerar a los judíos responsables de las actuaciones del Estado de Israel".

Memoria, paz y justicia
El documento vincula la masacre del 7 de octubre con el objetivo de Hamás de frenar los Acuerdos de Abraham, que habían abierto un camino hacia la normalización entre Israel y varios países árabes. Según la Coordinadora, la masacre fue acompañada por una ofensiva de desinformación y antisemitismo global destinada a deslegitimar la existencia del Estado de Israel.
Pese a la devastación de la guerra, el comunicado insiste en la necesidad de una salida pacífica: "Deseamos profunda y encarecidamente la paz… una Gaza pacificada, reconstruida y políticamente estable". El texto reclama la liberación inmediata de los secuestrados, la entrega de armas por parte de Hamás y la creación de una fuerza de paz internacional.
El mensaje final es claro: "La memoria es un deber moral. Preservar la verdad histórica del 7 de octubre es un acto de justicia hacia las víctimas… Olvidar o relativizar sería traicionar su dignidad humana y abrir la puerta a nuevas violencias".
En su cierre, la Coordinadora reafirma el compromiso con la justicia: "7 de octubre de 2023: ¡Ni olvido, ni silencio, JUSTICIA!" ▪