Pedro Sánchez defendió este miércoles en el Congreso los contratos firmados con empresas israelíes tras el 7 de octubre, negando que se trate de compraventa de armamento y asegurando que solo incluyen mantenimiento, equipos defensivos y transferencia tecnológica. El presidente del Gobierno enmarcó estas operaciones en una supuesta estrategia para reducir la dependencia de España y Europa de países como Israel o Estados Unidos, pese a haber prometido públicamente que su Ejecutivo no adquiriría material militar del Estado israelí por la guerra de Gaza.
Sánchez compareció esta semana para explicar el gran apagón del pasado 28 de abril y el incremento en el presupuesto de defensa, pero en la fase de intervenciones de la oposición se vio interpelado por diputados de los partidos de extrema izquierda sobre recientes informaciones acerca de contratos con Israel por más de 1.000 millones de euros.
Una "polémica" que, para él, "ha contaminado el debate público" en las últimas semanas "con medias verdades y también con insinuaciones" que le parecen necesario clarificar, porque "son injustas".
Lo que sí y no compra España a Israel
El jefe del Ejecutivo recordó que él, personalmente, se comprometió a no comprar armamento de Israel desde el 7 de octubre de 2023 (E.J. curiosamente mencionó ese día como el de la "invasión de Gaza" por Israel) y, aseguró a los diputados, en dos ocasiones: "Hemos cumplido ese compromiso".
"Los contratos que han circulado recientemente en los medios de comunicación presentan innumerables imprecisiones, repeticiones e interpretaciones absolutamente erróneas", dijo al hablar del listado proveniente de la ong "Centro Delas de Estudios por la Paz", con sede en Barcelona.
Sánchez aseguró que "dos de las licitaciones (mencionadas) fueron paralizadas en 2024, en estricto cumplimiento del compromiso adquirido", y que, con una excepción -el contrato de adquisición de balas para la Guardia Civil- no ha habido compraventa de armas a o desde Israel. Este contrato fue cancelado hace dos semanas, en medio de la polémica, por las fuertes presiones de Sumar y las amenazas de sus representantes de Izquierda Unida de tumbar la coalición, según informaron varios medios de prensa.
En este sentido, el presidente cree que el Centro Delas fue "impreciso" porque "considera que es venta de armas a Israel lo que en realidad son exportaciones temporales para reparar equipamientos de nuestras Fuerzas Armadas. Reparaciones que no se pueden hacer en España. Hablamos de piezas que salen de nuestro país, que van a una empresa israelí, que se reparan y que vuelven a nuestro país. Por tanto no se usan por el Ejército israelí ni el Estado de Israel".
"Es muy importante ser precisos porque este es un Gobierno comprometido con la causa de los palestinos, con el reconocimiento de los dos Estados, algo que es reconocido -para bien y para mal- por la comunidad internacional y los países de Oriente Medio", apuntó.
Las 3 condiciones
"El resto de los contratos mencionados", aseguró Sánchez, "cumplen todos al menos una de las siguientes condiciones que me parece que son absolutamente razonables":
1) "O se trata de adquisiciones que no implican armamento de munición, como iluminación para cascos de la Guardia Civil o de chalecos antibalas";
2) "O son componentes imprescindibles para el funcionamiento y la seguridad de los equipamientos ya existentes en las manos de las Fuerzas Armadas: inhibidores de frecuencia antibombas, escáneres de explosivos con el propósito de proteger a las fuerzas armadas españolas en misiones de paz";
3) "O son contratos adjudicados a empresas con sede y producción en España que no son fabricados en Israel, ante las cuales la normativa vigente lo que hace es impedir esas medidas restrictivas".
Se refería al menos a dos proyectos del Ministerio de Defensa, por cientos de millones de euros, que se han adjudicado empresas españolas en concursos a los que han concurrido en conjunto con israelíes como Elbit Systems.
Transferencia de tecnología
Sánchez justificó la adquisición de tecnología israelí en materia de defensa con el argumento de que con ella "se pondrá fin a la dependencia tecnológica" de España y Europa de terceros países, porque "durante años los Ejércitos europeos han dependido de determinados terceros países y, evidentemente, tenemos que desarrollar esa tecnología en Europa".
Una de las razones que esgrimió es que "algunos de nuestros vehículos y barcos incorporan sistemas y componentes cuya operatividad depende del mantenimiento y la tecnología suministrada por empresas de ese país (Israel)".
"Es una realidad preocupante pero que, evidentemente, no puede perpetuarse para no depender de países que han cambiado drásticamente su política exterior, ya sea al otro lado del atlántico (EEUU) o como estamos viendo en Oriente Medio (Israel)".
Unas explicaciones, las de Sánchez, que para la portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, no han sido suficientes, y ha pedido al Gobierno "coherencia" porque de lo contrario se volverán a "plantar" ▪