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Tu Bishvat: la fiesta judía del medioambiente

Cada año, en medio del invierno del hemisferio norte, cuando la naturaleza muestra su faceta más austera, celebramos “Tu Bishvat”, que significa literalmente el 15 del mes hebreo de Shvat. Es una festividad judía de profundas raíces en el calendario agrícola y que marca el inicio de un nuevo ciclo.
Tu Bishvat: la fiesta judía del medioambiente
Actualizado el 28/5/2025, 13:49 hs.

Originalmente mencionada en la Mishná como "Rosh Hashaná La’Ilán" (Año Nuevo del Árbol), la fiesta de "Tu Bishvat" fue establecida con un sentido práctico a efectos contributivos. En la bíblica Israel, el 15 de Shvat (entre enero y febrero) señalaba el momento en el que el invierno lluvioso daba paso a una nueva temporada agrícola y el inicio del proceso de madurez del nuevo fruto. Este cambio de estación establecía las pautas para la posterior recolección y las contribuciones sociales. Y aunque de tradición bíblica, el progresivo exilio tras la destrucción del Segundo Templo eclipsó en cierta medida la necesidad de esta fecha, dado que se trataba de una regulación aplicable exclusivamente al trabajo agrícola en la Tierra de Israel.

Cartel de Tu Bishvat archivo sionista
Cartel histórico del KKL para Tu Bishvat. (Foto: Archivo sionista)

Fue durante el siglo XVI cuando los cabalistas de Safed transformaron la celebración, inspirados en la tradición mística. Fueron ellos los que, aparentemente, introdujeron el "Séder" de Tu Bishvat, un ritual que combinaba la degustación de frutos con el consumo de cuatro copas de vino. Cada copa simbolizaba una fase del crecimiento espiritual y la conexión con distintos aspectos de la existencia. De esta forma la celebración trascendió su significado agrícola, convirtiéndose en una reflexión sobre la relación entre lo terrenal y lo espiritual.

La esencia "más romántica" de Tu Bishvat radica en la paradoja del invierno. Es una época en la que la mayoría de las plantas pierden su vigor, en la que los humanos buscamos protección del frío y nuestra actividad parece ralentizarse o congelarse, y el 15 de Shvat celebra por tanto el potencial latente de la naturaleza. 

Este contraste invita a reconsiderar las condiciones aparentes de escasez y a reconocer que, bajo la superficie, se acumulan las condiciones para la renovación. Se proyecta así una mirada optimista de esperanza por un futuro de "buena cosecha", sea en lo agrícola como en lo personal y social. La festividad se convierte en una oportunidad para replantearnos la manera en que interactuamos con nuestro entorno y cómo podemos preservar la naturaleza a futuro.

Y si en siglos anteriores la festividad se expresaba a través del ceremonial del "Séder", con bendiciones sobre los frutos, en tiempos más recientes –particularmente desde comienzos del movimiento sionista a finales del S.XIX- la celebración ha ido evolucionado hacia la sostenibilidad ambiental. Primero, con la reforestación en Israel y más adelante como fiesta del medioambiente. En la actualidad, incluso muchas comunidades judías alrededor del mundo han incorporado la plantación de árboles, charlas sobre medio ambiente y proyectos de conservación. Estas iniciativas no solo refuerzan el vínculo con la tierra, sino que responden a la urgencia de cuidar los recursos naturales con énfasis en la responsabilidad humana en la preservación del medio ambiente.

2 Mesa de Seder Tu Bishvat 2025 Bet El
Mesa del "Séder" para Tu Bishvat, Comunidad Judía Bet El. (Foto: Enfoque Judío)

El "Séder" contemporáneo es así más pragmático y reflexivo. En muchas comunidades, sobre todo las no ortodoxas, además de deleitar los sentidos con frutos secos que evocan la Tierra de Israel, el encuentro ritual busca analizar los ciclos naturales, valorar las tradiciones y debatir soluciones para problemas ambientales actuales. 

La acción de plantar un árbol o de compartir un fruto se convierte pues en un gesto simbólico de una fiesta que equilibra tradición y modernidad y envía un mensaje claro: la necesidad de actuar en favor de la sostenibilidad. Que invita a reconocer el valor de los ciclos naturales y a adaptar las tradiciones para enfrentar los retos del presente. Que impulsa una evolución consciente y necesaria en la que cada acción, desde el "Séder" hasta la plantación de árboles, refuerza la idea de que el futuro depende de cómo cuidemos la tierra hoy.

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