El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó el lunes por la mañana a la Knéset entre ovaciones y aplausos, en lo que fue presentado como un día histórico para Israel y la región. "Estamos en un lugar maravilloso; damos gracias al Dios de Abraham", dijo al iniciar su discurso en el pleno. "¡Los rehenes han vuelto! Qué bien se siente decirlo".
La visita presidencial, de apenas unas horas, coincidió con la liberación de los últimos 20 rehenes israelíes con vida en poder de Hamás, lo que en principio pone fin oficialmente a la guerra iniciada tras la masacre del 7 de octubre de 2023, y pese a que Hamás debe devolver aún los restos de 26 secuestrados y desarmarse. Trump describió la jornada como "el comienzo de una edad dorada para Israel y para Oriente Medio".
Preguntado por periodistas, en los pasillos del Parlamento, si Israel podría reanudar la guerra si Hamás no cumple lo pactado, Trump fue tajante: "Hamás cumplirá, la guerra ha terminado".
"Nunca olvidar y nunca más"
En su discurso, el presidente estadounidense recordó la tragedia de los ataques de Hamás con palabras que provocaron una ovación de pie en la sala: "La crueldad del 7 de octubre golpeó el corazón de la humanidad. Estados Unidos lloró junto a Israel"¨. Añadió que "gracias a nosotros, la larga y dolorosa pesadilla ha terminado".
El mandatario elogió a Israel por su ofensiva contra Irán, así como por los ataques conjuntos con Estados Unidos para destruir instalaciones nucleares iraníes. "Detuvimos al principal patrocinador estatal del terrorismo de conseguir las armas más peligrosas del mundo", afirmó.
También señaló el papel del enviado especial Steve Witkoff y de su yerno Jared Kushner, a quien agradeció "por amar tanto a Israel", y recordó que su propia hija se había convertido al judaísmo. Trump subrayó que su política de "paz a través de la fuerza" permitió alcanzar el acuerdo con Hamás, pese a quienes "decían que estábamos perdiendo el tiempo".


El elogio de Netanyahu y la comparación con Ciro el Grande
El primer ministro Biniamín Netanyahu agradeció a Trump su apoyo constante y su "coraje y patriotismo". Recordó que su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, la soberanía sobre los Altos del Golán y los Acuerdos de Abraham de 2020 marcaron un punto de inflexión histórico. "Usted trajo de vuelta a Estados Unidos al asiento del conductor del mundo", le dijo, destacando la decisión de bombardear el sitio nuclear iraní de Fordow y la eliminación del general Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds.
Netanyahu subrayó que "nuestros enemigos comprendieron cuán catastrófico fue atacar a Israel" y agradeció la ayuda estadounidense que hizo posible la liberación de los cautivos. "Gracias al apoyo inequívoco de Trump aseguramos un segundo acuerdo de rehenes a pocas semanas de su elección", señaló. El primer ministro anunció además que ha presentado la candidatura de Trump para convertirse en el primer no israelí en recibir el Premio Israel, y añadió con una sonrisa: "En cuanto a ese otro premio, es solo cuestión de tiempo", en alusión al Nobel de la Paz.
El presidente de la Knéset, Amir Ohana, abrió la sesión calificando al mandatario estadounidense como "el mayor amigo en la historia de Israel". "No es otro presidente norteamericano más, sino un gigante de la historia judía, comparable a Ciro el Grande", dijo, evocando al rey persa que permitió el retorno de los judíos a Jerusalén en el siglo VI a. C.
Ohana anunció su intención de promover, junto con el presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, Mike Johnson, la nominación de Trump al Premio Nobel de la Paz 2026. "Nadie ha hecho más que usted por avanzar la paz; el mundo necesita menos apaciguadores y más líderes valientes, fuertes y decididos. El mundo necesita más Trumps", afirmó.
Dos diputados de izquierdas expulsados
Durante el acto, los diputados Ayman Odeh y Ofer Cassif fueron expulsados del pleno tras interrumpir el discurso de Trump mientras sostenían un cartel con la palabra "genocidio". El presidente bromeó sobre la rapidez de la seguridad al retirarlos: "Lo hicieron de forma muy eficiente", comentó entre risas.
Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, tomó la palabra con un tono emotivo: "Durante dos años esperamos esta mañana, dos años sin aire en los pulmones. Nuestros ojos están llenos de lágrimas y nuestros corazones de gratitud. Nuestros hijos han vuelto a casa".
Dirigiéndose a Trump, añadió: "Señor presidente, usted salvó la vida de nuestros rehenes, pero también salvó mucho más: las almas de los dolientes y las de miles de soldados que ya no caerán en batalla". Y citando el Talmud afirmó: "Quien salva una vida es como si salvara al mundo entero".
Lapid calificó como "un grave error del comité del Nobel" no haberle concedido aún el galardón y aseguró que "tendrán que otorgárselo el próximo año". Rechazó además las acusaciones de genocidio difundidas por manifestantes occidentales: "Fueron engañados por expertos en propaganda; no hubo genocidio ni hambruna deliberada".
"El amanecer histórico de un nuevo Oriente Medio"
En su discurso final, Trump afirmó que el fin de la guerra marca también el fin de "una era de terror y muerte". "Hoy los cielos están en calma, las armas en silencio y el sol se eleva sobre una Tierra Santa en paz", declaró, prometiendo que "la región vivirá en paz por toda la eternidad".
El presidente estadounidense habló de "un amanecer histórico para el nuevo Oriente Medio" y de la necesidad de transformar las victorias militares "en prosperidad y concordia". Reiteró su compromiso personal: "Mi personalidad consiste en detener guerras".
Netanyahu coincidió con esa visión optimista. "Los últimos dos años fueron un tiempo de guerra; los próximos serán, esperamos, un tiempo de paz —paz dentro y fuera de Israel".

Invitó a los países árabes y musulmanes a unirse en la reconstrucción regional: "Los hijos de Abraham trabajarán juntos para construir un futuro mejor, que una la civilización contra la barbarie, la luz contra la oscuridad y la esperanza contra la desesperación".
El acto concluyó con una ovación cuando ambos líderes se abrazaron en el estrado. Trump escribió en el libro de visitas de la Knéset: "Es un gran honor para mí. Este es un día hermoso, un nuevo comienzo. Con gran respeto".
"Es un gran día, un nuevo comienzo. Nunca hubo nada igual," dijo Trump a los periodistas al entrar en el edificio, reiterando que la guerra con Hamás "ha terminado". A su lado, Netanyahu asintió y respondió: "Nadie movió el mundo tan rápido, tan decisiva y resueltamente como usted lo ha hecho".
Mientras los 20 últimos rehenes liberados se reencontraban con sus familias y los presos palestinos eran puestos en libertad, Trump resumió su mensaje con una frase que resonó en el pleno y fuera de él: "Este será recordado como el momento en que todo empezó a cambiar" ▪