Dos días después de que RTVE pidiera a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) el análisis de datos sobre el televoto en España en el concurso de Eurovisión, y de que el mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviniera para respaldar la expulsión de Israel de ese certamen, la Embajada israelí en Madrid ha respondido de forma contundente al revuelo y teorías conspiratorias que han sido difundidos por los medios y redes sociales.
La portavoz de la Embajada de Israel en Madrid, Tal Itzhakov, calificó el revuelo originado de "berrinche colectivo" y, en un video por redes sociales, afirmó que tiene destellos de un "antisemitismo encubierto".
"Un israelí, sobreviviente de una masacre brutal participa en Eurovisión, queda segunda y recibe el máximo de puntos del público español", contextualiza la portavoz, antes de valorar la reacción en España como "un berrinche colectivo lleno de teorías conspirativas y antisemitismo encubierto".
Y a continuación se pregunta, retóricamente, si es que "tan difícil es asumir que la canción era buena y emotiva", y que, sencillamente, "hay simpatía hacia Israel en España".
La canción de la israelí Yuval Raphael quedó en segunda posición del concurso europeo el pasado sábado, después de ser catapultada del puesto número 15 al segundo por el voto popular, que ahora España trata de rebatir. Los jurados profesionales, según expertos que han realizado estudios artísticos de la canción, la castigaron por razones ideológicas concediéndole únicamente 60 puntos, en comparación con los 297 del voto popular.
Para Itzhakov, "quien no puede aceptar que la canción era buena y emotiva y que hay simpatías en España por Israel, quizá debería hacer una verdadera reflexión personal".
La actitud hostil del Gobierno español, a través de su órgano de radio y televisión, RTVE, y de muchos medios, ha estado latiendo desde hace tres meses, cuando el ente público radiodifusión vio rechazada su petición a la UER para celebrar un debate sobre la participación de Israel.
En la segunda semifinal, el jueves, los locutores de RTVE desviaron la atención a la situación en Gaza en lugar de presentar de forma apropiada y respetuosa a la cantante israelí y, en la final, tras advertencias de multa de la UER, colocó un mensaje político a favor de los palestinos antes de iniciarse la transmisión conjunta.
El lunes, RTVE pidió a la UER una auditoría del voto español para verificar su origen y certificar que era genuino, a lo que el director de Eurovisión, Martin Green, respondió en una carta: "Es importante destacar que la operación de votación para el Festival de Eurovisión es la más avanzada del mundo y que el resultado de cada país es comprobado y verificado por un enorme equipo de personas para excluir cualquier patrón de votación sospechoso o irregular. Un supervisor de cumplimiento independiente revisa los datos de los votos del jurado y del público para garantizar que el resultado sea válido".
También el lunes, en medio de un debate generalizado y prefabricado por la agenda política del propio Gobierno y medios afines, Sánchez manifestó que Israel debería ser expulsado de Eurovisión tal y como se hizo con Rusia hace tres años por la guerra de Ucrania, apelando al argumento de que no debían aplicarse "dobles estándares" ▪