El exprimer ministro israelí Ehud Olmert (2006-2009) afirmó en una entrevista con Enfoque Judío que en Gaza "no hay un genocidio", pero que su sucesor Biniamín Netanyahu lleva a cabo una "guerra con engaño" que no sirve realmente a los intereses del Estado de Israel, y que, por lo tanto, todo lo que ocurre allí entra en la categoría de "crimen".
El exprimer ministro llegó a España para intervenir hoy, sábado, en la VII edición del Foro La Toja, donde protagonizará una sesión titulada "¿Hacia un mundo sin reglas?". En vísperas de su ponencia, negó tajantemente en la entrevista que en Gaza se esté produciendo un genocidio, aunque definió el actual conflicto como una guerra innecesaria y carente de justificación, guiada por los intereses particulares del Gobierno y de su primer ministro.
"En 2008 la guerra duró 20 días, golpeamos sobre todo a combatientes de Hamás. Hoy llevamos dos años de una guerra que altos cargos de seguridad israelíes —ex jefes de Estado Mayor, ex directores del Mosad y del Shabak, pilotos y soldados— definen como una guerra bajo engaño", sostuvo el exmandatario, que lideró la primera gran operación militar israelí contra Hamás en Gaza en 2008 y, dos años antes, la Segunda Guerra del Líbano.
Además, sostuvo que Hamás ya ha dejado de existir como estructura militar.
"No hay genocidio"
Pero insistió en negar el término que se ha instalado en parte del debate europeo y español: "No hay genocidio, no hay genocidio. Hay hechos insoportables que deben detenerse, pero genocidio no, y no hay una política formal para cometer genocidio", aseguró.
Y subrayó que las acusaciones que circulan en foros internacionales se alimentan de las declaraciones de ministros como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich: "Cuando dicen que todos los que viven en Gaza son Hamás, y que a Hamás hay que destruirlo… ¿Qué entiende una persona normal? Que hay que destruir a todos los habitantes de Gaza. Eso suena como un llamamiento al genocidio. No ocurre en la práctica, pero estas palabras son una vergüenza para los valores de Israel".
El ex primer ministro señaló que la percepción de genocidio no responde a una política oficial sistemática sino que constituyen el eco internacional de una retórica extrema: "Son las palabras de algunos ministros las que alimentan la acusación, no una política gubernamental formal". Pese a ello, reconoció que la magnitud de la destrucción en Gaza es difícil de ignorar: más del 70% de los edificios destruidos, decenas de miles de muertos, entre ellos miles de civiles.
Una "guerra bajo engaño"
En cualquier caso, se aferra el exmandatario a que el conflicto es una guerra que no responde a necesidades estratégicas o de seguridad nacional, sino a motivaciones políticas internas: "Es una guerra que no tiene justificación. Mueren personas que no están combatiendo, incluso rehenes podrían estar muriendo. Y cuando los propios generales israelíes dicen que esto es una guerra bajo engaño, significa que es una guerra emprendida por razones personales del primer ministro".
Olmert agregó que un conflicto de estas características puede considerarse un crimen: "Cuando se hace una guerra que no nace de la defensa nacional sino de impulsos personales o visiones mesiánicas, se trata de crímenes que entran en la definición de crímenes de guerra".
El exjefe del gobierno israelí, que llevó adelante el último intento de paz con los palestinos antes de dimitir por delito de corrupción, insistió en que la guerra debió haberse detenido mucho antes.
"Hace más de un año publiqué con (el ex ministro de Exteriores palestino) Nasser al-Kidwa una propuesta de alto el fuego que coincidía con los parámetros que ahora presenta Trump en su plan de 21 puntos. Se podía haber terminado entonces; hay que terminarla ya".
"Hamás ya no existe"
Otro de los ejes de su mensaje y la necesidad de parar la guerra es la situación de Hamás. A diferencia de quienes en Israel sostienen que el grupo sigue operando con capacidad, Olmert asegura que la organización está desmantelada.
"Hamás ya no existe de facto. Su sistema militar ha sido destruido: las túneles en su mayoría bloqueados, los lanzadores eliminados, sus centros de control destruidos, la mayoría de sus líderes, desde los altos hasta los medios y bajos, han sido abatidos. No queda Hamás", asevera.
Sobre esa base, propuso un camino claro: poner fin a la guerra y garantizar la devolución de los rehenes mediante un acuerdo condicionado, tal y como parece evolucionar en las últimas horas del programa de pacificación del presidente estadounidense, Trump.
"Tenemos que parar la guerra y Hamás debe devolver a los secuestrados. Será condicionado: se devuelve a los rehenes y se acaba la guerra", dijo.
Olmert añadió que, tras el fin de la guerra, se debería permitir la conformación de una fuerza palestino-internacional junto con países árabes moderados —Egipto, Jordania, Emiratos, Arabia Saudí— para controlar la seguridad en la franja y evitar una reestructuración del grupo.
En la entrevista reitera que la estrategia vigente hasta el ayer, viernes, de ir a ocupar toda la franja no iba rescatar a los rehenes y solo perpetúa el sufrimiento.
Horas después de la entrevista, el actual primer ministro israelí ha dado órdenes al Ejército de pasar a "posición de defensa" y congelar la toma de Gaza, en cumplimiento de las exigencias del presidente Trump para frenar la guerra y conseguir la liberación de los 48 rehenes que quedan aún en manos de Hamás y otros grupos terroristas.
Comisión interna, no tribunal internacional
Preguntado sobre la investigación pública de la masacre del 7-O y de la guerra en sí, como es costumbre en Israel y que en este caso se ve aplazada una y otra vez por el Gobierno de Netanyahu, Olmert rechazó que sean las instancias internacionales como la Corte Penal Internacional las que investiguen, e instó nuevamente a la inmediata creación de una Comisión estatal en Israel.
"No estoy a favor de investigaciones internacionales. Israel debía haber formado una comisión de investigación estatal hace dos años. Cada día de retraso es un intento de ocultar hechos", manifestó.
Al mismo tiempo, alertó que prolongar la falta de rendición de cuentas socava la credibilidad del Estado: "Más tarde o más temprano habrá que hacer un examen interno. Cuanto antes, mejor".
Foro La Toja y protestas en España
La participación de Olmert en el Foro La Toja no ha pasado inadvertida. La Coordinadora Galega de Solidariedade coa Palestina convocó para esta mañana una protesta frente al hotel donde se celebra el encuentro, en la isla gallega de La Toja.
Según el programa oficial, Olmert hablará en un tú-a-tú en una sesión bajo el título "¿Hacia un mundo sin reglas?", con el objetivo de analizar si es posible imaginar un nuevo orden internacional o si los desenlaces de las guerras en Ucrania y Gaza consolidarán un escenario sin reglas claras.
El exmandatario, que en los último año ya había criticado al Ejecutivo de Netanyahu, llegó a afirmar que prolongar la guerra solo fortalece la percepción de que Israel actúa sin límites. En la entrevista con Enfoque Judío amplió sus críticas, reiterando que la estrategia que imperaba hasta hoy, sábado, no conseguirá rescatar a los rehenes.
Sanar las heridas
El exprimer ministro insistió en que el camino debería ser político e internacional, y que Israel debe reenfocarse en sanar sus heridas internas: "Hay que terminar la guerra, traer a los rehenes, y entonces dejar que una fuerza internacional evite que Hamás resurja. Israel podrá replegarse y dedicarse a curar las fracturas que amenazan su existencia desde dentro".
En Galicia, Olmert subirá al estrado este sábado para ofrecer estas y otras reflexiones ante líderes políticos, empresarios y académicos internacionales. Su mensaje, duro y polémico, llega en un contexto de creciente protesta en España contra la guerra en Gaza y de divisiones internas en Israel sobre la estrategia a seguir ▪