Un hallazgo arqueológico sin precedentes en el norte de Israel dejó al descubierto 97 monedas de oro y delicadas joyas bizantinas de hace entre 1.400 y 1.500 años. Entre ellas se encontró una pieza extraordinariamente rara acuñada en Chipre en el año 610, de la cual solo se había documentado un ejemplar en el país.
"Se trata de uno de los tesoros centrales de la época bizantina descubiertos en tierra firme en Israel", afirmaron al medio Ynet los responsables de la excavación de la Universidad de Haifa en el Parque Nacional de Sussita, gestionado por la Autoridad de Parques Naturales.
Un hallazgo accidental en plena excavación
El descubrimiento ocurrió a finales de julio de 2025. Edi Lipsman, operador de detector de metales que acompañaba a la misión arqueológica, notó una señal inusual cerca de una gran roca. "El aparato se volvió loco, no lo podía creer: las monedas de oro comenzaron a aparecer una tras otra", relató con emoción.

La caída de la piedra entre dos muros antiguos permitió sacar a la luz las piezas escondidas: 97 monedas de oro sólido y fragmentos de pendientes decorados con perlas, piedras semipreciosas y cristal. Algunas monedas conservaban restos de tela, vestigios del pequeño saco donde fueron ocultadas hace siglos.
Los investigadores esperaron a divulgar el hallazgo para confirmar que no existían más objetos en el área y completar la primera fase del estudio. El tesoro incluye monedas de diferentes denominaciones: sólidos (pieza completa), semis (medias monedas) y tremises (tercios), fechadas entre el reinado del emperador Justino I (518–527) y los primeros años de Heraclio (610–641).
Un tesoro con joyas y monedas imperiales
Para el doctor Michael Eisenberg, del Instituto Zinman de Arqueología de la Universidad de Haifa y codirector de la excavación, la singularidad del hallazgo radica en la combinación de joyería y monedas imperiales de distintos gobernantes. "Lo que lo hace único es el conjunto: monedas y joyas de épocas diferentes. Además, encontramos restos de tejido, probablemente del saco de tela que contenía el tesoro", explicó.
Entre las piezas destaca un tremissis (un tercio de sólido) acuñado en Chipre en el año 610, durante la rebelión del emperador Heraclio y su hijo contra el gobernante bizantino Focas. Según los arqueólogos, es apenas la segunda moneda de este tipo encontrada en Israel. El doctor Danny Syon, numismático del equipo, subrayó que "se trata de un hallazgo raro que añade una capa crucial para comprender la historia política y económica del período".

Por su parte, la doctora Arleta Kowalewska, también directora de la excavación, resaltó la sofisticación de los pendientes encontrados. "Los aretes son la gran sorpresa para mí: orfebrería delicada con piedras semipreciosas y perlas. Espero que los joyeros contemporáneos logren recrear esta belleza", comentó.
El estado de conservación de las piezas impresionó a los investigadores. Eisenberg señaló que "el oro es un metal noble, y cuando encuentras monedas y joyas de hace 1.400 años que parecen nuevas, es una experiencia extraordinaria".
Sussita, un centro cristiano frente a Tiberíades
La ciudad antigua de Sussita, situada en una colina al este del mar de Galilea, fue en época bizantina un destacado centro cristiano. Allí existía la sede de un obispado y al menos siete iglesias en funcionamiento. Desde hace 26 años, la Universidad de Haifa dirige excavaciones en el lugar, que han revelado importantes vestigios de la ocupación sasánida, como la quema de la iglesia dedicada al mártir Teodoro.
Estas evidencias han llevado a los investigadores a plantear que incluso poblaciones judías locales pudieron participar en el levantamiento contra el dominio bizantino, en alianza con los sasánidas.
El doctor Dror Ben-Yosef, arqueólogo y responsable de patrimonio en el norte de la Autoridad de Parques Naturales, destacó la relevancia del sitio: "El Parque Nacional de Sussita es una montaña de sorpresas con mil años de historia. Las excavaciones arrojan nueva luz sobre el mundo pagano y cristiano por igual".
Según Ben-Yosef, la historia de Sussita refleja la diversidad cultural y religiosa de la región en la Antigüedad. "Para entender la complejidad del territorio hace 1.400 años basta con subir al monte Sussita y mirar hacia el oeste, hacia Tiberíades, la ciudad judía. Mientras en Sussita florecía una rica comunidad cristiana alrededor de siete iglesias, los habitantes de Tiberíades mantenían un modo de vida judío centrado en las sinagogas", concluyó.
Una ventana a la historia bizantina
Los arqueólogos coinciden en que este hallazgo ofrece una oportunidad única para profundizar en la comprensión del período bizantino en la región, marcado por tensiones políticas, transformaciones religiosas y dinámicas económicas complejas.
El descubrimiento de las monedas y las joyas no solo aporta un testimonio material del lujo y la riqueza de la época, sino que también abre nuevas preguntas sobre quién ocultó el tesoro, en qué circunstancias y por qué nunca fue recuperado.
Mientras avanzan los estudios, las piezas se suman al patrimonio arqueológico de Israel, consolidando a Sussita como un referente para el conocimiento del pasado. Como señaló Eisenberg, "este es uno de los tesoros más importantes descubiertos en tierra firme en Israel", una afirmación que resume la magnitud de una revelación que conecta directamente con los últimos días del Imperio Bizantino en la región ▪