El resultado de este año en la final de Eurovisión, tal y como ya ocurriera el año pasado, vuelve a poner de manifiesto la alta politización de los jurados artísticos europeos que, por razones ideológicas, volvieron a poner trabas para que Israel alcanzara la primera posición. Esta pasada noche, Yuval Raphael ha revelado todas sus miserias y destapado sus vergüenzas.
Hasta el último momento la cantante de Israel tuvo la miel en la boca, tras una primera votación de los jurados que le concedieron apenas 60 puntos y la colocaban en el puesto 18. Fueron los 297 puntos del voto popular los que la catapultaron directamente a la primera posición, a la espera del voto de otros países que le podían arrebatar la victoria. Finalmente, en el último voto, el austríaco-filipino JJ se llevó el trofeo con su tema "Wasted Love". Muy merecido también, por cierto.
El boicot artístico
La composición de los jurados artísticos, dependientes de los propios medios públicos, es básicamente lo que jugó en contra de la cantante israelí, porque si hubieran votado de acuerdo a un criterio netamente profesional –que no ideológico- la israelí seguramente no hubiera partido desde tan abajo cuando se conocieron los 297 puntos del voto popular. Lo mismo exactamente ocurrió el año pasado. ¿Pero qué jurado se iba a arriesgar a salir contra los politizados directivos de los poderosos medios "gubernamentales" (que no "públicos")?
En cualquier caso, y dado el contexto hostil que rodeó la participación de Israel, particularmente en España, la segunda posición de Raphael es sin duda toda una victoria. No simbólica sino real, palpable.
"A más de uno le va a estallar la cabeza en este momento. Golpe clamoroso a los antisemitas. Israel a punto de ganar Eurovisión. Ha sido la mejor actuación con diferencia. Elegancia frente a decadencia. Calidad frente a vulgaridad. Felicidades", escribió por redes la periodista y experta en Relaciones Internacionales Marta González.
Y ciertamente a los presentadores españoles, punta de lanza de la estrategia de RTVE para desacreditar a Israel, se les caía la voz cada vez que tenían que hablar de Israel o dar su posición. Una queja de la Corporación israelí KAN a la UER el viernes, por lo ocurrido en RTVE durante la semifinal del día anterior, reflejaba sin duda la tensión entre ambas. Esta noche, RTVE volvió a saltarse las reglas de Eurovisión con un polémico mensaje político en defensa de Gaza. Muy inteligentemente lo hizo poco antes de iniciarse la transmisión paneuropea, cuando el contenido era todavía suyo.

Los 12 puntos a Israel
La actuación de Raphael brilló por su coherencia artística: Su voz íntima, llena de matices y control, se fundió con una composición que crece desde la intimidad hasta un clímax esperanzador, mientras la escenografía, bañada en luces, evocaba el amanecer al que alude la letra.
La coreografía, sutil, mantuvo el foco en la emoción que transmite. El vestido negro de mangas con flecos, que al abrir los brazos simulaba el vuelo de un ave fénix, aportó un contraste poderoso y simbólico, reforzando el mensaje de renovación sin recurrir a grandes artificios.
Y si los jurados artísticos no supieron apreciar su interpretación, con la excepción de Azerbaiyán, curiosamente un país de mayoría musulmana que le dio sus 12 puntos, sí que lo hizo el voto popular. Israel se llevó el voto más alto de todos los países concursantes: 297 puntos. Incluso los españoles le concedieron los 12 en una clara muestra de rechazo al comportamiento de su cadena pública, y en un amable destello de que el sentir de las calles españolas no es lo que parece. Dirán mañana algunos medios en este país que los servicios secretos israelíes se infiltraron en el voto popular de forma telemática. "Conspiranoides" no nos faltan.
En definitiva, un pequeño consuelo para una semana que ha tenido en vilo a toda la comunidad judía en España, cansada ya del antisionismo (antisemitismo) que el contexto de Eurovisión suele traer consigo en los medios. Como el de un cierto medio que, antes del concurso, titulaba una nota con: "Israel mancha otra final de Eurovisión".
Pero quién sabe… Quizá la "victoria" de Raphael esta noche, aún desde ese segundo puesto, sea un preludio del título de su propio tema: "A New Day Will Rise" (Un nuevo día amanecerá). Para ella, sobreviviente de la masacre del Festival Nova, ya ha amanecido ▪