Mordejay Guahnich, presidente de la Comunidad Israelita de Melilla (CIM), ha participado este lunes y martes en la Conferencia Anual de la Asociación Judía Europea (EJA) celebrada en Madrid, de la que ha salido un mensaje urgente a los gobiernos para que apliquen medidas prácticas y efectivas contra el antisemitismo. En conversación con Enfoque Judíos, Guahnich analiza el impacto de las declaraciones políticas y mediáticas, denuncia la desinformación y defiende a Melilla como modelo de convivencia interreligiosa.
"Las palabras de los políticos tienen consecuencias"
¿Cómo deben responder las comunidades judías ante declaraciones como las del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que dijo que "el 7 de octubre Israel invadió Gaza"?
Las comunidades no deben mantenerse indiferentes al ataque contra el judío a nivel mundial, porque al final es un ataque global. Me entristece mucho que algunos políticos, que deben gobernar para todo el pueblo, hagan declaraciones tan partidistas y sesgadas. Creo en el diálogo, hay que hablar, sentarse, poner las cosas sobre la mesa. A veces la información solo viene de un lado.
Los medios de comunicación, particularmente en España, a veces no están a la altura para hablar desde una visión general, a veces son muy partidistas, y creo que eso está haciendo mucho daño.
Pero más allá de los medios, son los propios políticos los que instigan esa desinformación. Cuando la vicepresidenta dice "del río al mar", aunque luego lo matizó, todos sabemos lo que quiere decir. O cuando el presidente dice que el 7 de octubre Israel invadió Gaza…
¿El 7 de octubre Israel invadió Gaza…? Pues que me lo expliquen. Creo que son declaraciones muy desafortunadas, y lo que hay que hacer es sentarse con ellos, debatir, explicar qué está pasando y qué consecuencias tienen sus palabras. No son banales. Tienen consecuencias muy graves para el aumento del antisemitismo en España, y pienso que ni siquiera son conscientes de ello.

Melilla es distinta
¿Cuáles son esas consecuencias? ¿Qué ocurrió el 18 de octubre de 2023 en Melilla?
El 18 de octubre tuvo dos fases: el acto en sí y la reacción social. Melilla es una ciudad donde ha habido diálogo y convivencia, donde nos conocemos. En Melilla todos sabemos quiénes son judíos, quiénes musulmanes etc. Tenemos una mesa interconfesional que crea puentes. Ese día, lo ocurrido fue reprochado por la gran mayoría de los políticos, sin importar siglas, y por la propia sociedad.
El antisemitismo brutal que vemos en el resto de España no existe en Melilla. Hay casos puntuales, sí, pero aquí intentamos que sea todo lo contrario. Hay una imagen de la mesa interreligiosa donde estamos un rabino, un vicario, un imán, la comunidad hindú… cuando estuvo la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en Melilla, o en otros eventos. Esa es la imagen real de Melilla.
El diálogo que hemos construido aquí tiene que trasladarse a la península. Melilla es una punta de lanza que sabe convivir con sus problemas y que cuida que las declaraciones no hagan daño a los conciudadanos. Nos respetamos, compartimos mesa, café, y aunque no sea amor, sí somos amigos.
"En Melilla mostramos nuestra identidad sin miedo"
¿Existe antisemitismo hoy en día en Melilla? ¿Puede un judío mostrar su identidad religiosa sin miedo?
En Melilla todo el mundo sabe quién es judío. En cuanto salgo de Melilla, me tengo que tapar y cubrir mi identidad judía. El único sitio donde me quité la kipá en los últimos 20 años fue en Madrid, porque se me perdió la gorra y (lo hice) por miedo. No por provocar, sino por temor.
En Melilla no existe ese riesgo. Puede que algún niño diga algo, pero es parte del discurso normalizado, desgraciadamente. No es ni de lejos el nivel de la península. Aquí puedes mostrar tu religiosidad. En Pésaj salimos a la calle, compartimos espacio con procesiones, vamos al iftar de los musulmanes, al Holi hindú, muchos musulmanes y cristianos acuden al encendido de Janucá organizado por el Ayuntamiento. Interactuamos con todos los sectores sociales.

"La comunidad judía necesita una sola voz"
¿Qué propuestas han surgido en la Conferencia Anual de la EJA para frenar el antisemitismo?
He visto una grandísima preocupación en muchas comunidades europeas por el antisemitismo. No lo vivo en el día a día como ellos, solo en momentos puntuales, pero gracias a Dios no estamos ni mucho menos al nivel de lo que ocurre en Europa, ni en algunos países más beligerantes.
La principal conclusión para mí es que tiene que haber una sola voz. La acción judía Europea está haciendo un trabajo enorme, pero debe ampliar su foco. Ya son dos años hablando del antisemitismo, y es lo que toca, pero también debemos ampliar el trabajo identitario, la educación y unir a las comunidades. No podemos ir por libre. Hay diversidad dentro del judaísmo, pero tenemos que estar unidos.
En Melilla siempre hemos estado unidos como comunidad. Mi postura siempre es el diálogo, nunca la controversia. No solo dentro del judaísmo, sino con personas de otras religiones. Tengo una asociación cultural en Mem Guimel donde hay judíos, cristianos, musulmanes, hindúes, todos hablando de la cultura judía. Algo que es muy normal en Melilla, y que fuera de Melilla sorprende. Vivimos en una pequeña burbuja.
¿Comparte la visión de uno de sus compañeros de la delegación española sobre que, desde el 7 de octubre, los judíos en España se han convertido en arma arrojadiza entre izquierda y derecha?
Es una opinión de Raymond [Forado] que puedo apoyar, pero no ocurre lo mismo en Melilla. Esa sensación la están viviendo en la península. Si hace esa aseveración es porque él lo está viviendo. En Melilla hablamos con todos los grupos políticos, de derecha o de izquierda, y compartimos con ellos actividades. Gracias a Dios, no nos encontramos en el mismo nivel ▪
